BaMnDas OPICALiS Y RVOLUCIONARUIS DE CUBA generoso con los prisioneros, conservindoles la vida y devolviendolos a sus unidades militares, muy en contrast, por cierto, con la crueldad con que se ensaaron, ese mismo afo, los militates y goberantes espafioles, en el campo de la lucha armada, y especalmente coo motive del apresamiento cerca de Jamaica, del Virgius, buque mer- cante norteamericano, al servicio de la Revoluci6n cubana, cuando se diriga con armas y combatientes a nuestras costas, por la corbeta espao Torndo, mandada pot el comandante Dionisio Casilla. Conducido a Santiao de Cuba, el gobemador espanol de aquella plaza Juan M. Bumel, sin tener en cuenta que el barco habia sido apresado en aguas inglesas, enarbolaba bandera norteamericana y no se le encontraron pertrechos b6licos, por haber sido arrojados antes al mar, form consejos de guerra verbales a sus tripulantes, por pirateria; manifiesta arbitrariedad ya que, segfn aparece en el legajo eistente en nuestro Archivo Nacional (AsunWos Poliicos. Afo 1869) formado en el gobierno general, bienio de 1869, y estudiado pot el doctor Luis FernHndez Marcane en trabajo titulado Los pr6dro- mos del "Virgiuis", en el period de 1869 a 1872 el gobiemo es- pafIol habia reconocdo expresamente que "en mares libres con tigos a los de Cuba, so podian sas cruceros ejercitar los derechos de vista, register, capture y confiscaci6n", ni menos apresar buques enemigos o sospe par levarlos a an puerto espafol y ali juzgar a sus fates silandolos". Terriblemente salvaje fue la massacre He- vada a cabo por el sanguinaio Burriel, con la complicidad del ca- pitn general Jovellar, fusilando a los tripulantes del Virgimrs, en gruos, y hubleran sido asesinados todos a no set pot la valiente y Iobslisima actitud de Sir Lambton Loraine, comandante de la fra- gata de guerra britinica Niobe, que ancl6 en dicho puerto cuando ya habian pecido cincuenta de aqullos, qien al enterarse de eso crimenes, diri a Burriel enrgica y virprotesta, en nombre de la humanidad y la civilizai6n, amenazando con bombardear la plaza si no suspend las ejecuiones, a lo que se vi6 obligado a acceder el Gobernador, actitud de Sir Loraine tanto mis digna de admiraci6n y gratitud pot part de los cbanos, cuanto que act6 sin 6rdenes de so Gobiemo y solamente bajo su personal responsabilidad. Para recorder y enaltecer a este insigne marino ingles. le fab erigido un monument en Santiago de Cuba, en 1922, y el Aypntamiento de La Habana, a sugerenca nuestra, impose en el afio 1940 el nombre de Sir Loraine a la antigua calle de San Nicolas, en el reparto San Jose de Bellavista. Fun acogida entonces la bandera britanica, no como en 1762, con mimadversi6n y rencor, sino con respeto y gratitude, cual simbolo que fu& para los cubanos. ese aio de 1873, de humanidad y justicia. Para honor del Gobierno de la Rep6blica espaola, debe recono- cersele que di6 orden a los gobemantes de Cuba "que ninguna sen- tencia de merte puede ejecutarse sin previa consult del gobiemo y resoluci6n de iste".