36 COLECCION HIST6RICA CUBANA Y AMERICANA mente reafirm6 su prop6sito de aplastar a sangre y fuego la Revo- lui6n separatist. Alborozo especial produjeron sos elogios a los cuerpos de volun- tarios, formados y capitaneados, como se sabe, pot los magnates de la colonia, los verdaderos duefios de la Isla, como bien se puso de relieve con la expulsion por ellos realizada, a mediados de 1869, del capithn general Domingo Dulce. Tristemente reveladoras de la actitud de la Repfblica espafiola frente a la Revoluci6n independentista, fueron para los patriots cubanos, las palabras de Pieltain, exaltadoras de la "lealtad" de los voluntarios, y "sus heroicos sacrificios en pro de la honra e inte- gridad de la patria"; de esos mismos voluntarios, cuyos desafueros perpetrados dos afios antes en las personas de los estudiantes de medidna, no se habian olvidado, ni podrian borrarse jams. Y Pieltain reafirm6 que la Repfibhca -al igual que la Monarquia, borb6nica o de Saboya- "combatiria sin descanso" todo intent independentista, "a los ilusos que desgarran las entraias de la patria", confiando que "el Dios de los ejrcdtos, concede, no lo dudeis, una pronta y ficil victoria a la causa de Espafia, que es a la vez de Cuba, como tambien de la justicia y del derecho". Es interesante recover la vision precisa que tuvo en los dias de su mando en Cuba, Pieltain, de la fiume voluntad de los cubanos de set libres, much mis si se tiene en cuenta que la Revoluci6n no se habia extendido, como no se extendi6 nunca durante la Guerra de los Diez Afios, a today a Isla. Sin embargo, 6 vi6, lo que enton- ces, y despus, y, al reanudarse en el 95 la lucha independentista, no supieron o quisieron ver muchos politicos, gobernantes y militares espafioles. Asi, le describe a su gobiemo sobre la insurreci6n, en agosto de aquel afio de 1873: "En las alocuciones dadas por los jefes que capitanean sus huestes, en las relacones de los prisioneros, en la correspondencia official y privada con que se comunican entire si, y que ha caido en manos de nuestras columns, he podido' aprender pot una parte, que para esta lucba no bay medios do avenencia duradera, ni mis terminos posibles y, convenientes, que el triunfo por la fuerza de las armas; y por otra, que so confianza se cifra en que, agotados nuestros recursos. y princpalmente nuestros soldados pot los rigores del dima, llegart un dia en que Espafia deje de facilitar aquEllos y reemplazar estos". iY ese agotamiento del "ltimo hombre y la iltima peseta", sintesis simb6lica de la political espafiola en Cuba, se produjo, en efecto, segfin la premonici6n de Pieltain, en la segunda etapa de nuestra Gran Guerra Libertadora de los Treinta Afios, a los finales de 1897 y comienzos de 1898! En las Actas del Cabildo habanero correspondiente a estos tres primeros meses del regimen republican en Espaia. no aparece men- ci6n alguna sobre cambio de banderas, ni tampoco en las comuni- caciones oficiales dirigidas por el Ministro de Ultramar a los gober- nantes de la Isla.