34 COLECa6N HIST6RCA CUBANA Y AMERICANA en Madrid, sorprendi6 a muchos y embargo la atenci6n de todos... se recibi6 con estupor, produjo la inmediata paralizaci6n de las 'ope- raciones mercantiles..." Hasta el dia 15 no apareci6 en la Gaceta el parte official, mis ex- plicito, y los inimos se fueron tranquilizando, al comprobar regoci- jados los espafioles intransigentes y cubanos espafiolizantes, que en nada se diferenciaria la Rep6blica de la Monarquia, en cuanto a la actitud respect a la "insurrecci6n". Pirala recoge ese estado de inimo, al decir: "no dur6 much el pinico, pues los primeros actos del Ministerio (Figueras, president; Salmer6n, ministry de Ultramar) hicieron renacer la confianza, y no escasearon las simpatias a la Repblica, cnyas ideas prodamaban al- gunos peri6dicos en la Isla: hasta se public que la elevaci6n del Partido Republicano a las esferas del poder seria favorable a la paz". El capital general Francisco Ceballos, reuni6 a las autoridades y istas acordaron, por unanimidad, "resistir a todo trance cualquier reform que viniera a poner en peligro la integridad del territorio", telegrafiindolo asi a los departamentos. Initil conato de rebeldia ante posibles transformaiones political. Salmer6n -dice Pirala- "se apresur6 a anmmciar a las Antillas estar dispuesto a sostener con todas sus fuenas la integridad del territorio nacaonal, sin perdonar para ello sacrificio alguno". Y Gelpl y Ferro nos da a conocer que los republican espaoles de la Isla eran tan inconsecuentes con los princpios democracos y republicans que decan profesar, como sus hermanos los republi- canos peninsulae: "No faltaron peninsulires, en corto nimero, es verdad, que trataron de organizer en La Habana un partido repu- blicano compuesto de peninsulares cbanos, que siendo dem6cratas y reformistas, no estaban por la independenia. El proyecto fracas6 antes de nacer, "porque no podian disponer de destinos para satis- facer a los aspirantes, desde que venian cada dia nuevos empleados de la metr6poli y desde que los cabanos que no eran amigos de los insurrectos estaban en masa con los espafioles llamados intransigen- tes". Como se ve, no puede ofrecerse mis field pintura del dima moral en que vivian hasta los espafioles y cubanos seudo republicans. de la Isla. Sobre la moral political de los espaioles y cubanos de la otra banda, basta citar estas palabras de Pirala al referirse al nombra- miento de CAndido Pieltain para sustituir, en la Capitania General, a Francisco Ceballos y Vargas: "Este nombramiento -dice- fud recibido en ciertos circulos con prevend6n, que leg6 al extreme de pensar algunos en oponerse a su desembarco, pot odio a la Rep6- blica, o porque no habian influido en sa elecci6a, que tal pretendian algunos en provecho propio". Y sin contratiempo alguno Pieltain tom6 posesi6n, el mismo dia de su Ilegada a La Habana, del mando supremo de la Isla, como Capitin General y General en Jefe del Ejircito, "cargo este l6timo