22 COLECCI6N HIST6RICA CUBANA Y AMERICANA el enemigo se lanz6 sobre la misma, animado por una visible leter- minaci6n de defenderla; el ataque fu6 tan vigoroso y violent que el enemigo fu arrojado instantineamente de la brecha y el estan- darte de Su Majestad qued6 sobre el bastion. No envi6 a su Seforia ninguna manifestac6n particular con esta buena noticia, porque es- taba seguro de que lo que ha sucedido pronto seria la consecuencia de nuestro xito en El Morro". El historiador Vald6s, en so obra citada, siguiendo la relaci6n de la toma de El Morro que da Bartolomn Montes, dice (p. 131): "El dia 30 (de julio) despues del medio dia se rindi6 el castillo de El Motto... Antes de las tres de aquella tarde se vi6 tremolar el pa- bell6n ingles en el castillo". Guiteras, basandose en el mismo relato, express (p. 125): "Sin jefes ya ni fuerzas para combatir los pocos valientes que all quedaban, el general Keppel, que habia llegado con gene de refresco y estaba en posesi6n de la bacteria de San Ni- cols, se adelant6 con los suyos y plant el pabell6n britanico en las almenas del castillo, anunciando al consejo de guenra que habia perdido la segunda llave de la defense de la ciudad, y que la hora se acercaba en que verian tambien endear en sus nmrallas el pabe- ll6n que acababa de plantar sobre la tumba gloriosa de tantos va- lientes, dignos de mejores jefes". Pero la bandera inglesa no flame6 en serial de dominio, en toda la Isla, sino en parte Imitada de ella, desde el cabo de San Antonio basta la provincia de Matanzas, en realidad sore los limits de la cdudad de La Habana. Los habitantes del rest de la Isla, regido pot el goberador don Lorenzo Madariaga, con residencia en Santiago de Cuba, continuaron contemplando la bandera del rey Calos III en fortalezas y edifidos oficiales. En la pare de la Isla que pemaneci6 bajo el dominion espafol, so manifesto anAloga repulsa que en La Habana, contra los ingleses invasores, sobresaliendo entire todas las polaciones cubanas, en esta actitud antibritnica, Trinidad. Emilio SAnchez y Sanchez, Francisco Marin Villafuerte, Gerardo Castellanos G., los maimos historiadores de dida region villareia, recogen las noticias de los numerosos asaltos de pirates y corsarios que la misma sufri6 en Apocas diversas. El ingles John Springer saque6 la cidad en 1675, imponiendo crecido rescate a sus moradores. En 1702 otro pirata ingls intent atacarla, pero los trinitarios la abandonaron, refugindose, con sus mas valiosas pertenendas, en la loma de San Juan de Letran. Estas depredaciones y amenazas -dice Castellanos- levantaron el espiritu blico, que foment6 un estado de defense, asi como la orga- nizai6n de una flotilla de cuatro embarcaciones artilladas que hacian guardia fija en Casilda". No es de esta ocasi6n el citar menudamente todas y cada una de las que bien pueden calificarse de acciones baicas, libradas pot los