384 EVOLUCI6N DE LA CULTURAL CUBANA diciembre de 1896, veintiocho afios despues, en que el sol de la victoria se ponia en los campos de Punta Brava. Es pequefio el marco de un discurso para encuadrar esos veintiocho afios de la vida de un hombre, y ni siquiera en apre- tada sintesis seria possible acompaiiarlo a trav6s de la d6cada gloriosa, para verlo compartido de an6nimo arriero en el Ge- neral cubano mis temido por las tropas espafolas; seguirlo, tras la tregua del Zanj6n y la Protesta de Baragua en pere- grinaci6n por los paises extranjeros, cruzado del ideal, en bus- ca de hombres y recursos con que reanundar las hostilidades, ya en Jamaica, despu6s en Haiti, luego en Honduras, en Pa- nami, en los Estados Unidos y filtimamente en Costa Rica. Y menos podria el orador acompafiar al h6roe en la ruta lumi- nosa que se inicia en la playa de Duaba el 19 de abril de 1895, fecha de su desembarco y termina-a trav6s del viacrucis de sus pasos iniciales perdido en las montafas de Baracoa, de la fabulosa campafia de la Invasi6n, recorriendo a sangre y fuego cuatrocientas veinte y cuatro leguas en no mis de noventa dias y de las homericas proezas de aquella campafia de Pinar del Rio, su mayor timbre de gloria-en el arriegado paso maritime de la trocha del Mariel y en el desdichado combat de San Pedro de Hernandez. El studio descriptive del h6roe es obra del libro, no del discurso; al orador apenas si le eabe decir que su h6roe resisted, sin empequefiecerse, el parang6n con los mks grandes guerre- ros de la historic y tiene sobre los mis de ellos, como afirma Miguel Angel Carbonell en su magistral libro "la incontrasta- ble virtud de haberse sacrificado a la ventura de los demas, a diferencia de los grandes guerreros cuyos nombres pronuncia con admiraci6n la humanidad, conquistadores los mas de ellos, que no utilizaron su genialidad combative mAs que como esca- lera que conduce a la posesi6n de anheladas preeminencias pil- blicas y de culpables preeminencias exteriores, asentadas sobre el infame desmembramiento de pueblos." SQuB Gran Capitin puede blasonarse de hechos superiorest SQui6n estuvo como 61 al pie de doee afios sobre el corcel gue- rrero sin otro contact con las poblaciones que el indispensa- ble para atacarlas, tomarlas y proveerse de las armas y muni- ciones del enemigo y salir a campo traviesa en pos de nuevas pendeneias y laureles? Qui6n pudo exhibir mayores condeco- raciones militares que las veinte y seis cicatrices de que se com-