EVOLUCI6N DE LA CULTURAL CUBANA


 Hay una realidad abrumadora, incontrastable, y esa reali-
 dad es que nosotros, todos los que nos sentamos en esta CA-
 mara, conservadores de la mayoria y liberals de la minoria,
 al unisono, conjuntamente, sin que se levantara allA ni aqui
 una sola voz de protest ni un solo voto en contra, declaramos
 la guerra, primero, a Alemania, y, despues, al Austria, y en
 ninguna de esas oportunidades fu6 la Cimara exeerada por la
 opinion pdblica, fueron los Representantes condenados por el
 pueblo, sino, al contrario, todo el pais entendia que habiamos
 hecho bien y que habiamos colocado en muy alto puesto el buen
 nombre y el prestigio de la Repiblica.
 Esta es una verdad innegable, esta es una verdad incon-
 cusa, sste es un hecho tan reciente, tan recientisimo, que aun
 esta fresco en nuestras memories.
 SY por que hicimos aquellas declaratorias de guerral Y
 por que el pais nos aplaudi6
 Las declaratorias de guerra las acordamos inspirados en
 un trascendental pensamiento politico, en un alto criterio de
 previsi6n y de bondad, fecunda para la Patria en que hemos
 nacido, y para la Repiblica en cuyo seno vivimos y nos desen-
 volvemos como hombres libres y ciudadanos conscientes de
 nuestros deberes patri6ticos.
 Y el pais no protest de nuestros actos; el pais estuvo de
 acuerdo con nuestra actitud gallarda y salvadora; el pais, que
 tiene instinto de conservaci6n, comprendi6 que 6se-y no otro-
 era el camino por donde habiamos de legar a la consolidaci6n
 definitive de nuestra personalidad international, y al afianza-
 miento mis fire de nuestros derechos y de nuestras libertades
 political.
 SPero es que podemos estar en guerra y a la vez en paz
 SEs que las guerras se declaran para no tomar medidas mill.
 tares? Es que declarar la guerra equivale a entonar un him-
 no a la luna que brilla o al pajaro que vuela? No, y mil veces
 no; porque eso seria sencillamente absurdo y de un contrasen-
 ti'lo politico de tal naturaleza, que yo no quiero, que yo no
 debo calificar en estos moments.
 Le declaramos la guerra a los teutones. &Para qu6t (Pa-
ra vender solamente azicar; para suseribirnos a emprestitos,
para dar nuestro 6bolo a la piedad de la Cruz Roja y Ilevar
auxilio monetario a los h6rfanos, a las viudas, a los desvalidos
de la gran guerra? Y es que se pudiera preguntar d6nde