LA ORATORIA EN CUBA como el debate debe ser alto, sereno, razonable, no quiero em- pequefiecerlo citando proximidades dolorosas que pudieran no parecer bien o que pudieran despertar recelos o pasiones. Un historiador eminente, Juan Bautista Vico, decia que la his- toria de Roma era de tal naturaleza y tan fecunda en aconte- cimientos, que en ellos podian eneontrarse ejemplos notables y ensefianzas profundas para todos los tiempos. Y Vico soste- nia que la libertad romana cay6 en la Ciudad Eterna, y el Im- perio comenz6 a descomponerse en el moment mismo en que ~l ciudadano romano, ahito de placeres, no quiso ser soldado y entreg6 la defense de Roma a los pretorianos o ejercitos mer- c(narios que Roma reclutaba entire las legiones extranjeras, y a los que pagaba por sus servicios. Y asi la decadencia del Imperio comenz6 cuando un dia los pretorianos asesinan a Tiberio y buscan al demente Cali- gula para exaltarlo al trono del mundo; y otro dia quitan a Galva y ponen a Oton; y mis tarde, coronan a Vespasiano; y asi, de esa manera, se va descomponiendo aquel poderoso ni- cleo latino, hasta que, poseidos de todas las demencias, sacan los pretorianos el imperio a piblica subasta: que este es el castigo que merecen aquellos pueblos que bajan la cabeza, para que sobre ella pongan su bota los pretorianos, que s61o buscan el goce de sus rapifias y de sus erimenes. El otro sistema, inventado por Napole6n el Grande, consis- tia en que se sefialaba el cupo, y dentro de Aste, se hacia la quin- ta a capricho, trayendo a las filas a aquellos elements que, por las localidades en que residian, por las tradiciones que con- servaban, por la ignorancia que les envolvia, tenian ideas es- peciales acerca del respeto al principio de autoridad y devo- ci6n a todo lo que fuera de origen monarquico o imperialists. Y mis tarde, al derrumbarse el Imperio y desaparecer como sombras la segunda y tercera Repiblica Francesa, al surgir Napole6n III, se establece el mismo sistema, se produce el rismo fen6meno; el golpe de estado del 2 de diciembre, y con el mismo luce nuevamente el falso brillo de la gloria military, todo preparado y dirigido por aquel hombre que jamAs tuvo ca- pacidad para darse cuenta de los designios gloriosos y trascen- dentales de aquel pueblo a quien sorprendi6, tiraniz6 y llev6 al desastre en 1870; que por eso, al final de la jornada, los ejer- citos quintados fueron los ej6reitos de Waterloo, de Metz y de SedAn.