EVOLUCI6N DE LA CULTURAL CUBANA Partido Liberal, en ser el primero que se ha de levantar en esta Cimara para sostener y proclamar la conveniencia, la necesidad y la urgencia en que nos hallamos de establecer el principio del Servicio Militar Obligatorio, por medio de la conscripei6n universal. Y estoy en el caso, sefores Representantes, de permitirme, antes de avanzar en la exposici6n de mi tesis, una pequefia digresi6n: he sido toda mi vida, desde que tuve uso de raz6n y antes de tener voto y palabra, afiliado al Partido Liberal; fui fundador del primer oomit6 del viejo Partido Nacional que se organize y constituy6 en mi ciudad natal, la Matanzas tierna y melanc6lica de los poetas inspirados y los values di- vinos. Desde aquella fecha hasta este momento-y hace mis de diez y siete afios-he seguido todas las naturales evolucio- nes de ese Partido. Al Partido Liberal he consagrado mi ju- ventud enter, le he dado mis mejores entusiasmos, le he de- dicado toda mi actividad y toda mi pobre inteligencia, en un batallar constant y sin tregua, y, por tales circunstancias y antecedentes, me interest hacer constar que si yo creyera, que si en mi animo se hubiera producido la duda de que con la de- fensa que voy a hacer del principio del Servicio Militar Obli- gatorio, y mi opinion al voto particular pudiera dafiar, per- judicar, atentar, de manera direct o indirecta, a los intereses del Partido Liberal, yo, seiores Representantes, sellaria mis labios y callaria mis opinions personales. Seguramente pueda ser yo mal juzgado al sostener un prin- cipio que se aparta y opone virtualmente al voto particular formulado por correligionarios mios. Pero, como yo me en- cuentro actuando y produciendome al amparo de un acuerdo de la Asamblea Nacional del Partido Liberal, en el que se con- signa y aconseja que todos los Representantes debian concu- rrir a las sesiones del Congreso para discutir y votar este asun- to, y que cada cual, libremente, debia inspirarse en los altos intereses de la Patria y en lo que entendiera que era la pfiblica conveniencia, es que yo entendia que el acuerdo no tenia ni de- bia tener interpretaci6n general, sino que cada uno podia y debia interpretarlo con criterio absolutamente subjetivo. Y yo entiendo, y convencido me encuentro, que sirvo a aquellos altos intereses de la Patria, pronunciAndome a favor de este principio, de tal suerte, que cuando mi voto, en definitive, sea emitido a favor del principio enunciado, nadie, rational o