354 EVOLUCI6N DE LA CULTURE CUBANA En la tribune popular political era mis tribune que orador: traducia los entusiasmos del estudiante de la revoluci6n fran- cesa; conservaba el fervor ingenuo de la juventud confia- da y animosa; ardia en el empirismo que conduce al Aventino. Como forense, sentia el contrapeso: no era ni podia ser el caustico que carboniza, y fu6 templhndose. En la CAmara ya se habia biselado la arista; no era el de- fensor que se desliza entire distingos y articulados como una po- lilla de pleitos; pero tampoco Don Quijote contra los pelle- jos. Asomando una vez que otra el metaforista, iel similista, el paisajista al 6leo con brochazos de parAfrasis era ya el ver- dadero parlamentario que esgrime en perfect guardia para defender el cuerpo y evitar la huida initil, el descubierto ri- diculo o el descuido censurable. Asi se conduce en su discur- so abogando por la implantaci6n del servicio military obliga- torio: quiere star con la patria, ceder al apremio y justificar su actitud ante sus correligionarios previendo posibles censu- ras del future. Su voz es suave, casi imperceptible, en el exordio; pero flagelante, amplia, desbordada al entrar en asunto. Su ade- man es convincente como su palabra, y ain a la sustancialidad de la idea, la propiedad de los vocablos, la selecci6n de expre- siones y la soltura y la fuerza de los manantiales abundantes que dan lo que les viene de pianos superiores por propia gravi- taci6n.