318 EVOLUCI6N DE LA CULTURAL CUBANA de una manera demasiado vasta. No es possible, en este orden de ideas, ampliar la esfera de los razonamientos a semejanzas lejanas, porque asi, todas las cuestiones sociales aparecerian estrechamente concordantes; no se podrian deslindar, ni se- parar ninguna para su analisis. Con ese m6todo dial6etico se podria demostrar fAcilmente que una alteraci6n de los precious de las cosechas o un fen6meno econ6mico cualquiera produciria una radical transformaei6n en las religiones, y que una modificaci6n de los dogmas religiosos determinaria un aumento del vigor fisico de la poblaci6n, u otra cosa ann- loga. Es cierto que la sociedad es un tejido de organismos y de intereses en el que la mis leve vibraci6n de un extreme puede repercutir en el otro; pero esas repercusiones y esas correlaciones tienen un limited para el que juzga y para el que estudia: aquel en que son claramente perceptibles. No es 16gico, pues, mediante razonamientos y generalizaciones abs- tractas, hacer hip6tesis y atrevidas asociaciones de ideas dema- siado extensas, no comprobables de manera inmediata, porque resultaria entonees impossible aislar, para su studio, una ins- tituci6n social, en su origen y en, sus consecuencias, y iUegar a una conclusion razonable y prietica de su naturaleza y de sus condiciones. He aqui por qu6 son equivocadas las conclusions que el senior Lanuza deducia de sus vagas generalizaciones. El ra- zonaba y hacia juicios respect de otros fen6menos de nuestra sociedad y de otros problems que a 6sta afeetan, pero falla- ba su argumentaci6n y se desvanecia toda su fuerza dial6ctica euando, queriendo aplicar esas observaciones parciales al di- vorcio, resultaba que no tenian nada que ver con esta ins- tituei6n. A mi me ocurre, sefiores, en este debate, que a pesar de sostener conclusions diferentes a las que mantenian el senior Lanuza y el senior Diaz Pa-rdo an su oposici6n al divoreio, mis ideas se mueven en un amplio campo de conciliaci6n y de to- lerancia. Yo debo declarar que a mi tambi6n me ha preocu- pado, al estudiar el divoreio, la influencia que 6ste pueda ejercer en nuestro medio social. La estudi6 en tiempos pasa- dos, la studio ahora, y al refrescar mis ideas oyendo este de- bate, consideraba, con orgullo, la vitalidad intelectual y sen- timental de esta sociedad americana; nueva, si, pero formada por elements europeos y de una civilizaci6n europea bien