306 EVOLUCI6N DE LA CULTURAL CUBANA Se&ior Gonzdlez Lanuza: Esa es una afirmaei6n absoluta- mente gratuita. Senior Ferrara Marina: Laurent, que no es el famoso trata- dista de derecho civil franes, sino un escritor modern, en un libro publicado en 1914-El divorcio en Suiza-, dice: "En rea- lidad el divorcio se encuentra mantenido en la practice ecle- siAstica bajo la forma de la acci6n en nulidad del matrimonio. Los hechos que autorizan tal demand por parte de uno de los esposos son los siguientes: la ausencia del consentimiento rnflexivo y libre; la equivocaci6n en la personalidad del otro c6nyuge; el parentesco con 6ste filtimo en grado prohibido; el adulterio calificado; el rapto; la calidad de menor; la diferencia de religion; la existencia de un matrimonio anterior; los votos anteriores de castidad; y, sobre todo, la imposibilidad... No quiero decirlo como lo dicen los curas por respeto a las perso- nas que me escuchan. Igualmente, un professor de la Universidad de Columbia, Lieterberger, afirma lo mismo, y asi lo afirman todos los cano- nistas que reservan a la Iglesia el derecho de la indisolubilidad del matrimonio. Para los canonistas, pues, la cuesti6n se plan- tea en este terreno: la Iglesia debe ser la que divorcie. Y el problema nuestro es 6ste: nosotros hemos separado la Iglesia del Estado, y si la disolubilidad debe existir, finica y exclusi- vamente debe autorizarla el Estado... Senior Gonzelez Lanuza: Entre nosotros la Iglesia disuelve el matrimonio? Senior Ferrara Marino: Puede disolver el matrimonio ca- n6nico. Seior Gonzdlez Lanuza: 1 Con efeetos civiles? Seior Ferrara Marino: No los necesita, porque separados los cuerpos y los bienes y disuelto el vineulo, quedan satisfeehas las conciencias. Seior Gonzdlez Lanuza: Y pueden casarse otra vez? Seior Ferrara Marino: Con arreglo a nuestra legislaci6n no, aun cuando lo creo discutible. Por otra parte, nuestra ley no viola ninguna conciencia, porque la ley del divorcio no es obligatoria; el cat6lico puede vivir tranquilamente con su con- eiencia y no divorciarse. Nosotros damos el recurso, no lo im- ponemos a nadie. El cat6lico no es, por lo tanto, violado en su creencia; su creencia puede existir de acuerdo con las dispo- siciones legales, sin que 61 pueda sentirse ofendido o agravia-