LA ORATORIA EN CUBA cual ha atravesado la mentalidad humana. Pero ya la lu- cha por la vida no es la desaparici6n de uno para el triunfo del otro, sino la asociaci6n, la solidaridad, la ayuda mutua. Los hombres, en tanto prosperan, no en cuanto luchan los unos en contra de los otros, sino en cuanto se unen, en cuan- to hay menor cantidad de dolor, en cuanto hay mayor ni- mero de facilidades para poder alcanzar el bienestar de to- dos. No es, por tanto, la sociedad actual la que se basa en el sufrimiento de los pocos y el beneficio del mayor ndmero; torque si esta fuese su finalidad, no estarian los potentes de la tierra, no estarian los grandes, los ricos y poderosos, au- xiliando al obrero y al desvalido; no estarian los blancos dfndole, en todas parties del universe, la libertad al hombre negro y al blanco desheredado. Si la lucha por la existen- cia fuera debida al "bellum osnium contra omnes", de Hob- bes, toda nuestra 6poca gloriosa no tendria raz6n de ser y todos los fen6menos sociales de estos fltimos afios, serian una mera superfetaci6n. En la aplicaci6n del principio darwiniano, sin embargo, heeho por Spencer, que fu6 aquel que en sociologia mis se acerc6 al darwinismo, no se 1 ga a la consecuencia del se- fior Lanuza. No hay el triunfo de los muchos sobre los po- cos; hay una idea de equidad que es superior a la potencia, que es superior a las fuerzas del mayor nfmero, y hay, pre- 'cisamente en la teoria spenceriana, la afirmaci6n mas com- pleta del individuo. El individuo, por tanto, estA en socie- dad, por cuanto la sociedad es la fuente de su bienestar, y da a la sociedad su esfuerzo y de 6sta recibe lo que necesita. Lo individual y lo social tienen la misma finalidad. Y Spen- cer, el mismo Spencer, dice: "Estos hechos que deben de servir de pauta a todo jui- cio racional de utilidad, son: que la vida consiste en el ejer- cicio de ciertas actividades por las cuales se sostiene; y que, siendo necesario que estas actividades se limiten reciproca- mente entire los hombres reunidos en sociedad, su ejercieio no debe cohibirse mAs alli de los limits naturales, creados; lejos do ello, la funci6n de los agents que dirigen la sociedad debe ser el hacer respetar y garantizar tal ejereicio." Y mis adelante afiade: "Por consiguiente, result que la utilidad, no evaluada empiricamente, sino determinada ra-