EVOLUCI6N DE LA CULTURAL CUBANA a la altura del -voto que va a dar sobre el divorcio. Pero sepan los que creen que pueden amenazar, que pueden lanzar injuries hipot6ticas para amedrentar a las almas debiles, que en esta Cimara de Representantes, a cada amenaza, se au- menta un voto a favor del divorcio; sepan que la campafia que ban venido realizando, de difamaci6n, le ha dado mu- chos mas adeptos a. la Ley del Divorcio que la propia voz de los que defienden la instituci6n. SQue nos importa que haya quienes -no gusten de la re- forma? Nosotros no la presentamos como el simum de los bienes, sino como una media indispensable para la felicidad do los menos; nosotros la presentamos por un lado como me- dida de orden penal; de otro lado, como media de piedad. Esta es la raz6n, por la cual estamos a favor de esta Ley. Y dejando a un lado las disquisiciones hechas fuera de esta Camara, me va a permitir el distinguido doctor Lanu- za, que yo le diga, siguiendo el discurso interrumpido la otra tarde, que no he comprendido su diferencia entire el indivi- duo y la sociedad, a prop6sito de esta cuesti6n. La base esencial del doctor Lanuza fu6 la siguiente: la sociedad recibe daio con una ley de divorcio; en cambio, un nimero le individuos se benefican. Mientras favorece al in- dividuo, hace dafio a la colectividad. Y sobre esto pronun- ciaba las mis hermosas palabras de su discurso, afirmando que la civilizaei6n prepare la desgracia de los menos y que sobre ella crece y se desenvuelve. Otras veces estas pala- bras se han dicho en forma mis simb6lica: "La civilizaci6n pasa con su carro y deja huella de cadaveres". El senior Lanuza indicaba, por consiguiente, que para el bien de la humanidad, para el bien de las sociedades humans, debian sufrir unos pocos; las victims del matrimonio debian pere- cer en homenaje a la felicidad del mayor nimero. Yo no comprendo, en el estado actual de las ciencias sociol6gicas, la diferencia que hay entire interns individual e interns co- lectivo, y, por esto, :en una interrupci6n que me permit ha- cer al senior Lanuza, decia que su argumentaci6n estaba sa- cada del viejo arsenal del darwinismo. El darwinismo apli- cado a la sociologia constitute ya un studio de otros tiem- pos; solamente puede'quedar en la sociologia como algo his- tSrico, como un punto determinado del conocimiento por el