LA ORATORIA EN CUBA qae vuelvan a la Patria, que es de ellos como nuestra, los que en tierras extrafias padecen y sufren privados tambien de la libertad en su propio pais. Es indispensable que los I.rocesos judiciales concluyan y concluyan de verdad, sin pe- cuefieces de indemnizaciones pecuniarias, ni subterfugios in- norales en cuanto a la reintegraci6n en sus cargos de los funeionarios y empleados piblieos. En una palabra, que con una Ley de amnistia verdad, se acabe toda una vida de pro- tcstas y persecuciones y se inicie otra nueva vida de liber ted, de derecho y de reciprocos respetos. Es muy pronto para que el Partido Conservador conceda- una amnistia amplia, decia mi distinguido compafiero el se- fior Cruz, dando a entender quizAs, con esas palabras, que en otra oportunidad, en un tiempo future, podria con una nneva Ley, completarse el perd6n. Pero en vosotros todos, sefiores conservadores, quiero reconocer nobleza, hidalguia y caballerosidad y yo os digo que no es noble, ni hidalgo, dis- eutir el bien ni retardarlo. El bien se da o se niega, pero no se regatea. No hagais una ley de amnistia para que salgan ahora unos pocos, bajo la oferta de que mafiana votareis otra ley que ponga en libertad a los mAs. No espireis con vuestra apasionada conduct a que haya en Cuba unos cuantos ho- gares que gocen de una pasajera alegria, en'tanto que otros muchos sigan en la orfandad de aquellos que les dan amor y les llevaban el pan! Pensad tambien, que mientras mis iimiteis la amnistia, mis acentuarkis la protest ante el abu- so cometido y el pais entero, con excepei6n de vosotros, que rive en la esperanza de un olvido eficaz y complete, recibirA una amnistia limitada con la cruel decepci6n de quien ve cambiadas sus ilusiones y sus suefios de dicha, por una rea- lidad seca, inhumana y ya definitive! Me parece ver en vuestros rostros, sefiores conservadores, algo asi como una inquietud, como un deseo de acabar pron- to, de cumplir en seguida la consigna que tennis. Pero no debris engafiaros. Aun saliendo de aqui, aun queriendo dis- traeros, vuestra mente mantendra siempre fijo el recuerdo de esta noche y de vuestra actitud, y a trav4s del tiempo, oir6is las voices patri6ticas, sinceras, inspiradas en la supre- wa elocuencia de la verdad, de Vizquez Bello, de Campos Marquetti, de Cortina; recordareis, aun contra vuestra vo-