LA ORATORIA EN CUBA que dirigen la guerra, de parte de los aliados, euiles son los recursos econ6micos con que Cuba puede contribuir, cufntos son los soldados que Cuba puede poner en un moment dado en los campos de batalla de Europa, y por eso mismo creo que no es fAcil que nos pidan que enviemos un contingent mili- tar numeroso sino cuando sea una necesidad. Cuando la ne- cesidad Regue, los soldados que Cuba pueda aprontar, debera aprontarlos, ya que si no fuera asi, habriamos entrado en la guerra en una tituaci6n privilegiada, aprovechandonos, co- mo dije en diciembre, de las ventajas de estar unidos a gran- des potencias sin sufrir ninguno de los inconvenientes de la contienda. Por eso no soy partidario del precepto de este proyecto de ley en que se ordena el envio de un regimiento de las actuales fuerzas voluntarias de la Repiblica a Europa, como una modest ofrenda del pueblo cubano. No: Cuba no puede enviair un regimiento, por modesto que sea su Ejrceito, a Europa, por su propia conveniencia, para haeer un buen papel, es decir, estar a lo que le beneficie y no a lo que le perjudique. Cuba, si manda un contingent, debe hacerlo por- que nos pidan nuestros aliados que lo mandemos, o porque el Poder Ejecutivo, que estA facultado para haeer la guerra, en- tienda que debemos enviarlo, y se ponga para ello de acuerdo con aqullos. Nuestro problema no es s61o, como alguien pien- sa, haeer aziicar para enviarla a Europa y ai los Estados Uni- dos, y aprovechar esto para que se nos venda la harina, la came, la manteca, el carb6n, el acero y todo lo que necesita- mos. Nuestro problema no es s6lo que el dia de la paz un re- gimiento con una banda de miisica y nuestra bandera pasee por las ealles de la ciudad europea donde se discutan los tar- minos de la paz del mundo, pues entonces, aunque algunos cubanos hubieran muerto en las trincheras, nuestro papel se- ria muy dificil, por no decir ridicule. Para evitarlo tenemos que limitarnos a hacer lo que hace toda sociedad civilizada, toda comunidad, today naci6n cons- ciente de sus dereehos y de sus obligaciones: estar prepara- dos para defendernos, listos para repeler cualquier agresi6n de que en el maiana quiera hae6rsenos objeto; pero prepara- dos y listos tambi6n para, cuaindo se nos haga el iamamiento de honor, cmnplir con las obligaciones que libremente contra- jimos al entrar en la guerra, y que seguramente no se nos hara mientras a otras naciones, mas fuertes que nosotros y que