240 EVOLUCI6N DE LA CULTURAL CUBANA tengo, contra la afirmaci6n hecha esta tarde aqui por el doctor Maza y Artola, que la opinion ha variado grandemente desde que el problema del servicio military obligatorio, como una ne- cesidad de la guerra, se planted por primera vez ante la opi- ni6n pfiblica, y despuns, en el Congreso. Ha variado tan radi- ealmente, que muchos congresistas que no tienen contact de ninguna clase con el Poder Ejecutivo, muchos que estin hasta personalmente distanciados del Presidente de la Repiblica, y otros que en aquel entonces se mostraron enemigos de que se formara ninguna clase de ej6reito reclutado obligatoriamente, hoy han aceptado esta manera de former nuestro ejereito, y han contribuido a que este proyecto que discutimos se votara en la Cimara de Representantes. Algunos de los mismos que han votado a favor han discutido hace meses sobre el particu- lar, en contrario, sosteniendo que el tiempo no habia l1egado ain para implantar dicho servicio. E igual ha pasado con personas representatives no pertenecientes al Congreso. La prensa de toda la Isla, no ya la que pudieraJ estimarse mas influenciada por estar mis cerca de los Poderes Pibli- cos como la de esta capital, sino la de las ciudades mis apar- tadas de la Repiblica, los peri6dicos mas insignificantes de los pueblos mis pequefios, aquellos sobre los que no se ejerce por el Gobierno ninguna clase de influencia, examinan ya el problema en form, distinta a como lo examinaron en el pasa- do afio. Es indudable que a esto contribuyeron algunas me- didas dictadas por el propio Congreso, entire otras, la Ley de Amnistia, que hace algunos meses aqui se vot6 y que ha per- mitido a los complicados en la iltima revoluci6n volver a sus casas, libres de todo, sin quedar sujetos a las causes crimi- nales, retornando del extranjero muehos de los que por causa de la revoluci6n habian salido del pais. Y todo esto ha per- mitido que el problema del servicio military obligatorio se pue- da tratar hoy con mis facilidad y calma que entonces, y por eso es que ahora estamos diseuti6ndolo en las condiciones en que no se pudo discutir cuando se pretendi6 hacerlo por pri- mera vez. Los mensaijes del Poder Ejecutivo al Congreso y las tentativas realizadas por algunos distinguidos miembros de la CAmara de Representantes para que aqul6 se tratara y discu- tiera, fueron initiles entonces, y ha tardado largos meses en orientarse mejor la opinion piblica. Yo puedo decir que en un pueblo no perturbado ni por las luchas internal ni por las