EVOLUCI6N DE LA CtTLTURA CUBANA decidido defensor del servicio military obligatorio durante esta guerra y en cualquier otra en que Cuba figurase, y tambi6n de la instrucci6n military obligatoria en todo tiempo para nues- tra juventud. De ahi que nadie pueda decir ahora que me he abstenido de hacer lo que he heeho muchas veces-arrostrando la cri- tica de algunos-, esto es, adelantarme a expresar mi opinion sobre todas las cuestiones de vital interns para nuestra Naci6n. Pero la alusi6n que me hieiera hace unos instantes mi que- rido amigo y compafiero el doctor Maza y Artola, refiriendose al discurso aquel que yo pronunci6 en el mes de diciembre apo- yando la ley que se ha llamado de coopereci6n a los aliados, y que se promulg6 el 15 del pasado mayo, me obliga a usar de la palabra, siquiera brevemente, esta tarde, para fijar de nue- vo algunos de mis puntos de vista como quiero que consten en el Diario de Sesiones del Senado. El 14 de diciembre del afio iltimo yo habl6 ante vosotros, sefores Senadores, y por tanto, ante el pais, sobre nuestra coo- peraci6n en la guerra, en moments para Cuba bastante difi- ciles, cuando estaban afn latentes los graves problems pro- vocados por las iltimas eleeciones generals, y por la revolu- ci6n que las sucedi6. Nosotros tuvimos aqui durante todo el pasado afio un estado de profunda perturbaci6n de los espi- ritus. Muchos cubanos hicimos esfuerzos .para calmarla, lo mismo entire los que figuraban en los partidos politicos que entire los que no pertenecian, o a una inteligencia, entire los dos bandos contendientes, entire los dos partidos politicos que se ha- bian disputado el triunfo en las elecciones. En aquellos mo- mentos, sujetos a process millares de cubanos, en las circe- les muchos de ellos, suspendidas las garantias oonstituciona- les, rotas las relaciones de armonia, aun dentro del mismo Congress, entire los individuos de una y otra agrupaci6n, el problema de la guerra era un problema dificil de tratar, pero que, sin embargo, yo procure examiner despues de haber re- frescado mi inteligencia en aquellas semanas de descanso que pas6 en los Estados Unidos, donde habia visto c6mo se desen- volvia alli el process de la guerra y c6mo aquel gran pueblo se preparaba. Y por eso entonces hice constar aqui, en aque- Ila oportunidad, que nada era mas urgent para que Cuba pudiera cumplir con todos sus compromises en cuanto a la guerra, que los cubanos nos entendieramos, olvidando nues-