DISCURSO pronunciado en el Senado de la Repiblica por el doctor Cosme de la Torriente, el dia 10 de agosto de 1918. SEORES SENADORES: No estaba en mis prop6sitos tomar parte esta tarde en es- te debate, mAs que nada, porque tenia la impresi6n de que lo avanzado de la estaci6n impondria la necesidad de suspender pronto sus trabajos a las Cfmaras de nuestra Naci6n, y esto aconsejaba que nos limitaramos s6lo a examiner, sin hacer discursos, el proyecto de ley que se trata, articulo por ar- ticulo, a algunos de los cuales me proponia hacer ligeras ob- observaciones, ya que en otras oportunidades he tenido oeasi6n, en este mismo cuerpo, de expresar mi opinion sobre la guerra en que Cuba figure actualmente como beligerante, y ello me evitaba tener que hablar sobre la misma, dada su estrecha re- laci6n con el servicio obligatorio que ahora se dispute; pero abundaba en las mismas ideas que al principio de su discurso expusiera el senior Maza y Artola, de que en asuntos de esta naturaleza y de esta importancia era convenient y ftil que todas las personal representatives de nuestro pais expu- sieran su opinion clara y libremente, para que fuera conocida de todo el mundo, o por lo menos que asi lo hicieran aquellos que pretenden que nuestro pueblo los tenga o reconozca por sus directors. En cuanto a mi, esa obligaci6n result cumplida hace poco con exceso, ya que trat6 del particular, aunque no en la for- ma en que habr6 de expresarme esta tarde, en el mes de di- ciembre del afio iltimo, y ademas, porque no hace muchos dias, al atribuirme un peri6dico una opinion que no era mia, ex- puse en La Discusin, brevemente, eual era mi criterio en rela- ci6n con el particular que se dispute ahora, esto es, que era