EVOLUCI6N DE LA CULTURE CUBANA "Los cubanos, cualquiera que sea su ciudadania, no tienen mAs que una bandera: la que ungieron con su sangre los mar- tires de la independeneia". ''Vale mis caer o subir sin ayuda, que contraer peligrosas deudas de gratitud". "Me creo capaz de aspirar al goce de la libertad, mas que por haber peleado por ella muchos afios, porque no pesa so- bre mi la esclavitud de las pasiones". iQuB c6digo de moral personal y colectiva tan perfect po- dria formarse con apotegmas y preceptos de tal linaje! iC6- mo se revela en esas miximas la grandeza de su espiritu! Su concept del honor y de la discipline completaban la personalidad del heroe, campe6n de las libertades de un pueblo. Porque fu6, sin duda alguna, la de guerrero, la cualidad mis saliente de su complicada psiquis. Su historic militar-des- de el instant en que ingres6 voluntariamente en las filas re- volucionarias, abandonando sus faenas agricolas-,es, a todas luces, portentosa. La relaci6n de sus proezas en la cruenta epopeya de los diez afios no cabe en los estrechos moldes de un discurso. De simple soldado, ascendi6 a general con ins6lita rapidez. Cada grado que obtenia representaba una herida, cada herida un combat, cada combat una victoria. No hu- bo acci6n important en la que no figurase como actor, y a ve- ces, casi siempre, como protagonista. El indice de sus hechos de armas es interminable. Ahi estan para responder a esta ase- veraci6n las gloriosas y memorables jornadas de Manzanillo, Caimanera, La Indiana, Duaba, Barajagua, en donde recibi6 cinco heridas; Yabaz6n, Naranjo, las Guisimas y cien mas... Su ciega devoci6n por la discipline y su amor a los poderes constituidos se reflejan gallardamente en la actitud que asumi6 en los dias critics de la deposici6n del president CUspe- des y en los gravisimos del movimiento sedieioso de Las Lagu- nas de Varona. En ambas ocasiones salv6 a la Revoluci6n de un peligro inminente. Pero cuando mayor relieve alcanza su colosal figure; cuan- do mis grande se present a nuestra vista como hombre de arraigadas conviceiones e indomables energies, es en Baragua, al inieiarse las negociaciones del convenio del Zanj6n: cuando el desaliento y la desconflanza habian germinado en el alma de la colectividad rebelde; euando la fe se habia perdido; cuando los anhelos de independencia, como una ilusi6n que se desvaneee,