216 EVOLUCION DE LA CULTURAL CUBANA bastardos, y temor semejante haria mis justificadas las medi- das de precauci6n por mi propuestas. Pero sea cual fuere el valor 16gico de esta deducci6n, si esos recelos existen, estarian circunscriptos al grupo de amigos y paniaguados del general Menocal, que son los menos conser- vadores del Partido Conservador. Para (demostrarlo basta recorder que se constituy6 sin ese grupo que no vino a engro- sar nuestras filas sino cuando se convenci6 de que no podia ser candidate a la Presidencia de la Repfiblica el general Me- nocal por otro Partido y que no concurria a nuestras asam- bleas mas que en visperas de elecciones generals para prepa- rar su candidatura. Si, ni antes, ni despues, cuando nos reu- niamos tan a menudo en los periods interelectorales con el objeto de deliberar sobre los graves y trascendentales asuntos del pais, y organizAbamos y desarrollabamos nuestra oposici6n al Gobierno Liberal, casi ninguno de los que le componen ve- nia a ilustrarnos con sus consejos, a darnos la fuerza de su concurso; es mAs: si siquiera contribuian muchos de ellos con la cuota insignificant qne a cada delegado se le tenia asignada, pues daban como pretexto de dejar de pagarla que no eran conservadores, sino jinica y exclusivamente menocalistas. Para ellos no existia Partido Conservador mAs que en vis- peras de elecciones, cuando les podia ser itil para lograr la exaltaci6n del general Menocal a la Presidencia de la Repfi- blica; y una vez conseguido, I quin no recuerda que viendo en 61 una carga quisieron disolverlo y former otro Partido a su imagen y semejanza? De aquellas asambleas turbulentas en que los agents del Gobierno fueron a luchar a favor de la di- soluci6n a6n se oyen los clamores. Fu6 necesario que el Par- tido Conservador se sometiera incondicionalmente para que cejaran en su empefio de disolverlo. Desde entonces es un prisionero del Gobierno o de los ami- gos del general Menoeal; pero el antiguo Partido Conservador, el que dirigian los excelsos cubanos doctors Varona y Lanu- za, ese, aunque postergado y vejado, ahi se mantiene todavia con sus antiguos ideales. Ambos jefes estin retraidos, mas no se han separado de la agrupaci6n. Si el doctor Lanuza no quiere tomar parte absolutamente en nuestras contiendas ei- vicas (lo acaba de decir a la prensa direetamente) es porque esta disgustado de la marcha que han impreso a los asuntos piblicos quienes lo dirigen; y si el doctor Enrique Jos6 Varo-