LA ORATOR1A EN CUBA en el cohecho de las autoridades, en atraerse los ciudadanos, en similar electores y en pactar con los aspirantes. Quiero que se me diga si de una manera o de la otra, no se falsea el sufragio, no se ejeree coaeci6n sobre la voluntad del cuerpo electoral, si la finalidad no es la misma, si tambien eso no constitute fraude, bien mirado todavia mas grave, porque la violencia deja en el hombre un sentimiento, el cual le hace reaccionar contra ella, que es la dignidad, mientras que el cohecho y la compra, hasta 6ste mismo apaga tambien. No se emplea o no se ha empleado todavia la fuerza pfibli- ca para obligar a determinado grupo de electores a obrar en tal o en cual sentido; pero, en cambio, con gran aparato y os- tentaci6n se revistan fuerzas importantes, que se hacen ascen- der a much mayor nimero de aquel a que realmente ascien- den, como para indicarle al cuerpo electoral que quien no se deje sobornar sera tratado por la violencia. De modo que aun cuando no se ha Ilegado a ella, es casi lo mismo, pues la amenaza de emplearla esti lanzada. Sobre todo, sefiores senadores, en la 6poca de aquella pri- mera reelecci6n no habia pasado tanta tierra cubana a manos extrafias como hoy, ni don TomAs Estrada Palma era, ademAs de President de la Repiiblica, empleado de una Compafia extranjera por ella longinimemente retribuWo. Ni todavia estaba abierto el Canal de Panama. Mexico hallibase tranquilo y no se hacian intervenciones norteamericanas frecuentes en San- to Domingo y Haiti. Tampoco se hablaba de la adquisici6n por los Estados Unidos de las Antillas Danesas. En menos pala- bras: no nos encontrabamos tan dentro del regazo de esa pode- rosa reptiblica como en estos moments. La vida, sefiores senadores, es el equilibrio de fuerzas con- trarias, de las que pugnan por la destrucci6n y las que pug- nan por la subsistencia, de las que desgastan y las que repa- ran. Cuando en la lucha entire ambas vencen 6stas iiltimas, tendri probabilidades de prolongarse. Pero cuando son ma- yores, cuando tienen mis intensidad las fuerzas destructoras, iah!, entonces, si las reparadoras no desarrollan mis vigor, mas entereza, mis energia contra sus terrible antag6nicas es- tA amenazado el equilibrio, y, por lo tanto, el subsistir. De consiguiente, nunca como hoy Cuba necesita estar mis alert para preservarse de los peligros que la asedian. Encon- trandose geografica y econ6micamente mas cerca de los Esta-