EVOLUCI6N DE LA CULTUBA CUBANA que me dedicara a hacer por ella un atento recorrido de un extreme a otro, considerando todos sus articulos, en euantas relaciones pr6ximas o remotas pudieran tener con mi pro- yecto, y que tratando de encontrar en 61 divergencias, me hi- ciera toda clase de objeciones y me las contestara hasta arran- car de sus entrafas su espiritu y el sentido de su letra y ad- quirir la firmisima convicei6n de que no incurriria en la me- nor falta de respeto a ella, de que estaba completamente den- tro de sus limits y de que no daba el menor pretexto para que pudiera alegarse que el proyecto era inconstitucional. S61l despues de tan maduro deliberar y de esa afanosa depu- raci6n decidi presentarlo. iAh! sefiores senadores, los acontecimientos ocurridos en Cuba de 1905 a 1906 son bien reeientes. Apenas ha pasado una decada despues de ellos. Pero, aunque fueran mis re- motos, han repercutido tan hondamente en todos los Ambitos de nuestro pais, en todos los corazones cubanos, y dejado en nuestra memorial, en nuestra imaginaci6n, impresiones tales, que su recuerdo tiene que ser indeleble. Unicamente los que, ademis de ciegos, sean sordos y tengan tambien el sentido tac- til embotado, no podrAn darse cuenta de que la situaci6n que entonces hubimos de atravesar, con motive de las elecciones generals de 1905, es muy pareeida, analoga, casi identica a la que en los actuales moments estamos pasando, con la parti- eularidad de que los sintomas de nuestra descomposici6n son hoy aun mis graves, pues todavia en aquella 6poea no estaba amenazada Cuba de tantos peligros en un orden mis general, es decir, independientemente del circunstancial creado por la reelecci6n, como aquellos de que en el present se encuentra. Es verdad que ahora no se destituyen Ayuntamientos; pe- ro para qu6 si no hay necesidad? Se compran cuantos or- ganismos hacen falta, formindose los demis que interesan con individuos mercenaries que ficilmente se reclutan. El dine- ro del Estado, del que entonces era avaro el primer Magistra- do de la Naci6n, no permanece tanto tiempo en nuestras ar- eas estaneddo, sustraido a la circulaci6n de la riqueza. Antes, al contrario, se emplea inmediatamente, pero no por eierto en algo dtil al procomin, fundamental, sino en lo que se hace llamar la "pacificaci6n" del pais, en tenerlo halagado para que no piense levantarse, es decir, en sobornar las conciencias,