158 EVOLUCI6N DE LA CULTURAL CUBANA no son mAs que una ley del Congreso, no constitutional, sino una ley corriente, funcional del Congreso cubano, que esti sujeta a todas las reglas y a todos los elements a los cuales tenemos que sujetarnos cuando hacemos aqui una lay. Es necesario, pues, tratar asi los particulares en este debate in- trincado para no confundirnos, y, si no estamos confundidos, para no engafiarnos, y, si no estamos engafiados, porque es- tamos en el secret, para no confundir y engafiar a los demfs. Continuando en el studio de este asunto, puntualizo que ya he definido lo que es la pr6rroga de poderes: una ley post Constituci6n, nada mAs que una ley con los caracteres de ley, no de constituci6n, que tiene que amoldarse a todas ias prescripciones a que aqui las amolda el Senado, cuando acuerda una ley. Ahora progunto: que es el Senado? El Se- ijado, sefiores senadores, es una creaci6n maravillosa de los insignes fundadorns de la Repiblica cubana. Es una obra feliz de la Convenci6n Constituyente. Hoy que nos reunimos aqui, no s6 si para reformar o para profanar su obra, rinda- mos un homenaje de recuerdo a aquellos insignes delega- dos, en su mayoria ya fallecidos, y de admiraci6n y de res- peto a los seis supervivientes, por la obra extraordinaria con que fundaron la Repiblica cubana. Crearon un Senado, CA- mara de corto nfimero de personas, cubanos nativos, de nma- dura edad, de largos periods de eleeei6n, para colocarlo al lado de una Cimara juvenile, numerosa, de cubanos de naci- miento y de naturalizaci6n, de breve period de ekeei6n, de menor edad legal que los senadores. Fueron grandes psic6lo- gos. iQu6 magnifico equilibrio y ponderaci6n dentro del sis- tema bicameral! Ahora se trata de alterar el nfmero de se- nadores elevAndolo de veinticuatro a treinta y seis. Se in- voca el principio, ciertamente respectable, de darle entrada a Ia minoria. Se desnaturaliza algo aquel element que tuvie- ron en su mente los fundadores de una Camara do escaso nfi- mero de personas. Se aumenta a nueve afios el tiempo de du- raci6n del cargo de Senador, contraponiendolo al tiempo de seis afios de los miembros de la Camara de Representantes, y se va mermando aquella maravillosa concepci6n de los cons- tituyent.s, que quisieron darle a los senadores double tiempo que a los representantes. VWase c6mo vamos impensadamen- te destruyendo y retocando la obra pensada y discretamente