134 EVOLUCI6N DE LA CULTURAL CUBANA cucontrasemos un grupo de ciudadanos dispuestos a echar so- bre si todas las cargas pfiblicas!" Si tal fuere la concepei6n de lo que debe ser el impuesto entire los cubanos, medrados es- tariamos, sefiores. Pareceria pura broma del senior Guevara si no fuese una de las razones mis abonadas de los que defienden la Loteria. Hace ya mas de un siglo que Stuart Mill, en su celebre apo- tegma "la base del impuesto es la igualdad en el saerificio," sefial6 definitivamente el fundamento substantial del mismo, y ese concept sobre lo que debe ser el impuesto es el que infor- ma y rige las tributaciones en todos los pueblos civilizados del mundo. Hasta se encarna, por decirlo asi, instintivamente en los C6digos Fundamentales. Existe en nuestra Constituci6n, que en su articulo noveno contiene dos obligaciones, estable- ce dos deberes, para todos los cubanos: "Servir a la patria con las armas en la mano, cuando sea necesario; satisfacer los im- puestos en la proporcionalidad que sefialen las leyes". Obli- gaciones que no son para unos cubanos, que no son s6lo para los cubanos que deseen soportarlas; que son, sefiores, para los cubanos todos sin excepci6n alguna. Y es 16gico semejante modo de ver las cosas; la igualdad en el sacrificio es la base mo. derna y (nica del impuesto. Y hombres de mentalidad ro- busta y de pensamiento altisimo llegan, como l1ega Pescato- re, much mis adelante, y piden, como condici6n tambi6n ne- cesaria, "la utilidad final compensadora del sacrificio", y aun muchos avanzan mis alli; por eso el ilustre professor italiano, Augusto Grassiani, professor del propio Presidente de esta Ca- mara, de cuyos labios mismos ha debido recibir esa ensefian- za, describe en su obra "Instituciones de la Ciencia de las Finan- zas", y es el credo de los partidos avanzados del mundo, el que debe iegarse a la exenci6n de todo impuesto director o indi- recto, sobre el minimum fisico y hasta sobre el minimum mo- ral; esto es, llegan hasta aseverar que es necesario se exceptfie del impuesto al hombre que no gane, en su labor diaria, mis que lo estrictamente necesario para subsistir. Se pretend que el journal misrrrimo que gana y que bas- ta, apenas para el mantenimiento de la vida y para el goce y disfrute de algiin pequefio bienestar para su familiar, quede exento de todo impuesto, para que, de esa suerte, sin deses- peraciones en si mismo, peligrosas para 61 y para la sociedad,