LA ORATORIA EN CUBA porta much que todo el mundo nos oiga; a nosotros nos impor- ta much que todo el que quiera oirnos pueda venir a oir- nos; a nosotros nos import much que de un extreme a otro de la Isla de Cuba se sepa inmediatamente qu6 es lo que hemos dicho y en qu6 circunstancias lo hemos manifestado. A nos- otros nos import much que no se pueda con malas artes for- mar interpretaci6n err6nea de lo que pase en esas sesiones reservadas; a nosotros nos import much que los enemigos de la Revoluei6n no vengan a decir que los que se titulan servido- res de ella estamos confabulados en la obscuridad de un recin- to y a puerta cerrada, puesto que s61o se publican los acuerdos, para tratar de ahogar la obra de esa Revoluei6n en su euna, de mixtificar sus resultados en la prictica. A nosotros nos importa la claridad meridian; a nosotros nos importa que el pueblo ven- ga aqui para que se eduque en la escuela de la democracia. Que nada result, que nada pueda resultar que no sea la mayor dia- fanizaci6n. Nosotros jams debemos rechazar al pfiblico; y si es verdad que aqui no se puede congregar todo el pueblo, pro- curemos que pueda hp.erlo el mayor nimero para que pueda enterarse de nuestras deliberaciones. Pero no rechacemos a los que puedan aqui ocupar un puesto, facilitemos a todas las cla- ses de la sociedad el que concurran y la Patria no los agrade- cerA, porque de este modo, y viendo, e6mo se tratan las cues- tiones, que no hay segundas intenciones, que no hay una cara aparente y otra interior, la confianza que va renaciedo se arrai- garA y la Constituei6n se hara en medio del oleaje de entusias- mo que nos liegue de un pueblo rebosante de jfibilo. A noso- tros nos interest que todos, absolutamente todos, nos acompa- fien en nuestras deliberaciones, nos import que nos aeompafien las aspiraciones populares, a oir a todo el mundo y que nadie pueda hablar sin conocimiento de causa, sino conociendo perfectamente lo que haya pasado en nuestras sesiones. Yo s6 que dicen que tomando ejemplo del pueblo veeino, del pueblo con el cual estamos relaeionados tan estrechamente, debiamos deliberar en secret como ellos tambi6n lo hieieron cuando re- dactaron su Constituei6n. Pero los casos son muy distintos, porque alli habia una efervescencia que aqui no existe, por- que habia la necesidad de hacer una agregaci6n que aqui no ha de hacerse, porque alli la Constituei6n no salia terminada, sino que debia darse cuenta de ella en cada uno de los Estados y ser aprobada y decretada por cada uno. De modo que la