LA ORATORIA EN CUBA 99 do el equilibrio. Si prepare sus discursos, resurge en ellos el orador forense capacitado y brillante, y resultan piezas arm6- nicas de consistencia y conseeuencia, con plan, metodo y corree- ci6n. Entonces se ve al erudito, al literate, al gramatico, al dial6etico; pero en ]a mayoria de las veees no se prepare, y entonces la improvisaci6n sobreviene como un rio desbordado que arrastra arenas de oro y piedras informes que chocan en- tre si. El doctor Alfredo Zayas es orador, un gran orador, que sa- be hacer, a voluntad, de su palabra, doctrine o sofisma, flagelo o seda, voleAn o nevada, corcel o cepo... Y todo esto con el abandon que da la confianza y el impulso que da la facultad, diciendo hoy cosas 6ptimas con la severidad de la toga, y ma- fiana, cosas baladies con ropaje efectista; pero siempre a sa- biendas de que su palabra-como esos mufiecos que como quiera que los tiren caen de pie-habra de caer bien en el inimo de su auditorio.