LA ORATORIA EN CUBA a0 ciososT & En que infrinjan las leyes Pues que las leyes con- signen el castigo que hayan de merecer. i En que hagan ciertos actos? Pero, lqu6 actost Seria precise que la Constituci6n descendiese a definieiones, impropias de todo punto de un C6di- go fundamental y que vendrian a desnaturalizarlo. Pero otro inconvenient, otro grave inconvenient tiene la consignaci6n de este principio en la Constituei6n. Nosotros ne- cesitamos dar confianza para poder fundar una nueva naci6n; necesitamos dar confianza a todos los elements sanos y respe- tables de este pueblo y a otros elements no menos importantes de fuera de este pueblo, que en gran parte ban de influir en nuestro porvenir; necesitamos que se crea en la eficacia, en la virtualidad y en el vigor del regimen que hemos de fundar, y para esto necesitamos que venga junto a nosotros el mayor nl- mero de fuerzas posibles. Y como es un hecho que en nuestra tierra reside una poderosa colonia extranjera, fen6meno de to- do punto natural en un pueblo de nuestras condieiones, en to- dos los pueblos coloniales, en todos los pueblos de America, en todo nuevo pueblo, no podemos, no debemos desentendernos en absolute de las disposiciones que hacia nosotros tenga esa parte de nuestra poblaci6n. Es sana political impresionar bien y atraer, sin mengua de ningin alto principio, a aquellos cuya benevolencia en modo alguno es para desdefiarla. Necesitamos ademis dar confianza al mundo entero, a todos los que tienen puestos sus ojos en nosotros. No olvidemos que nos encontramos en la aurora del siglo nuevo, que nos en- contramos en America, que nos encontramos en una isla situa- da en el centro del planet y que ha de ser el punto de cita de todos los hombres euando, horadado el Continente, entren en comunicaei6n los dos mares. En esas condieiones, y siendo nuestra poblaci6n tan eseasa, no es posible-y much menos encontrindonos en la situaci6i econ6mica en que nos eneon- tramos-que podamos preseindir del influjo extranjero. No pretendamos impedir, por ningin medio, que el extranjero ven- ga a Cuba, que venga a ayudarnos y a fomentar nuestra esca- sisima poblaci6n; no parezca que queremos constituir nuestra naei6n levantando entire ellos y nosotros murallas de China -que tampoco nos servirian para nada, porque las murallas se abaten-. Y result realmente-a mi me ha producido esa impresi6n-resulta realmente que la eonsignaei6n en la Cons- tituei6n de la Base de que se trata, y que es de todo punto in-