EVOLUCI6N DE LA CULTURAL CUBANA blo un pueblo desesperado; si le arrebatais esa fe, tennis que darle grandes bienes materials y deeirle que en este mundo es donde tienen que disfrutar, en donde tienen que gozar, ya que le habeis privado de todas las bienandanzas del otro mundo ideal... En los tiempos pasados, en los tiempos medioevales, se les hacia esperar la recompensa de sus penas y el consuelo de sus afanes en esta tierra; soy testigo abonado de estas co- sas; yo que no tengo absolutamente ninguna especie de fana- tismo religioso; yo que no soy por desgracia mia un creyente, como algunos de los que aqui se levantan; pues bien, sefiores, dentro de ese orden de cosas, yo me pregunto aqui, donde en la actualidad hay un arzobispo, donde hay un obispado y eiento diez y seis parropias, que no podeis suprimir con vuestro crite- rio ni con el mio y que no podeis mezclar en cuestiones de Igle- sia en que no conviene que os mezcleis; pues bien, A es lo mismo que el Papa nos made eiento diez y seis parrocos, escogidos a su antojo, quizfs con sentimiento de hostilidad hacia el Estado que le demuestra desde el acto de su nacimiento un sentimiento de repulsi6n; ereeis como politicos, como hombres previsores, como hombres de gobierno; vosotros ereeis prictico que debris abandonar al azar y a la voluntad de un poder extrafio la im- plantaei6n de ese Estado dentro del Estado cubano, que sea esen- cialmente hostile a nuestra Repfiblica independiente y soberanat Por mi, yo no lo creo; por mi yo temo esa contingencia en el porvenir; yo no os digo que vayais a pactar con la Iglasia, yo no os digo que vayais a establecer aqui los cimientos de esa clase de relaciones; yo si os digo que no debris en manera algu- na impedir que el Gobierno future, mejor dicho, que los Poderes Pfiblicos de la Repiblica, si lo entienden convenient, lo hagan si cabe, que al fin y al cabo debemos pensar que serin tan cuba- nos como nosotros los que nos sucedan y que estarAn animados como nosotros del espiritu democratic. Por otra parte, sefores, pensadlo bien, todo lo que parezca persecuci6n de la Iglesia, y por mAs que no lo querais se ha de tomar esto como un sintoma de hostilidad; todo lo que sea perseguir a quien no nos molesta, a quien no nos ha molestado hasta ahora, eso ha de ser contribuir de una manera poderosa a robustecer su influencia. Yo os recordaria unas palabras profundas pronunciadas por un gran orador eapafiol, Rios Rosas, cuando deeia "que cuando las generaciones testadoras pretenden ligar las manos a la generaci6n heredera, si lo lo-