EVOLUCI6N DE LA CULTURAL CUBANA cial y fundamental, y entiendo que no es esencial ni fundamen- tal dentro del estado actual de nuestro pais el venir a suseitar y plantear ese problema, cuya resoluci6n ha de defender, di- gan lo que digan los que aqui Hlaman seetarios a los que co- mo yo son en realidad indiferentes, no de un articulo de la Constituci6n, sino de las eircunstancias mismas en que el pue- blo se mueva. Por otra parte, yo coneeptfo que es una doctrine antili- beral, que nosotros, aproveehandonos de la circunstancia de estar aqui reunidos para un mandate definido, pretendamos li- gar el porvenir, cerrar el derecho de nuestro pueblo hacia el mafiana, deteniendo su impulso quizis, porque entendemos aqui realmente que el sentir de nuestro pueblo es contrario a lo que queremos imponer hoy aqui. El temor de lo que haga un gobierno future, como decia el senior Fernandez de Castro, confundiendo a mi entender el Poder Ejecutivo con el poder de la Repfiblica mafiana, no existe, puesto que esto no lo po- drian hacer al fin sino CAmaras tan elegidas por el pueblo cubano, quizAs mejor elegidas que nosotros por medio de un sufragio mAs amplio y con una preparaci6n political superior a la que nos trajo a este sitio. Con que derecho hemos de im- pedir a esa Camara, a ese gobierno independiente, deliberando en condiciones mas libres de las que nosotros tenemos, siquie- ra sea en el orden moral, puesto que no estaria aqui el extran- jero, aunque sean libres los interventores, con que derecho de- bemos impedirles velar por los intereses de la nacionalidad cu- bana, si entendieran que esos intereses les obligaban a tomar de- terminadas resoluciones respect a muchas de las cosas que ne- cesariamente han de mantener una estrecha relaci6n entire el Estado y la Iglesiat De mi s6 decir que del examen practice, no te6rico, no basa- do linicamente en los libros, sino en pueblos muy diversos con Constituciones muy diversas, como son Francia e Inglaterra, me inclino a dejar en manos del Estado cubano, si es convenient y necesario en el dia de mafiana, el poder dirigirse con las fa- cultades soberanas que la Constituci6n pueda dejarle, al poder o a los poderes supremos de las diferentes iglesias, para poder regular con ellas el modo como aquellas iglesias habian de de- senvolverse dentro de la sociedad cubana. Otro es el peligro. Si yo me preocupara aqui mas de los intereses religiosos de una iglesia eualquiera que de los intere-