EVOLUCI6N DE LA CULTURAL CUBANA Cabe tambien en este simbolo, por consiguiente, una recon- ciliaci6n, es decir, un acuerdo definitive y s6lido de todas las formas de lo divino que concibe el espiritu; porque no es mis que la expresi6n de esa condici6n relative e inferior de la hu- manidad envuelta siempre por la densa obscuridad de su in- escrutable destiny, y yo, por mi parte, me atreveria a decir que creo en Dios en el sentido de que es el Simbolo, esto es, la palabra que indefinida e indeterminadamente express cuan- to no es nosotros, pero que esta por eneima de nosotros; que no es el mundo sin dejar de serlo, pero que esta tambien por encima del mundo; que es, en fin, una fuerza supreme que abraza y determine la acci6n de las otras fuerzas universa- les, siempre moviendo la inmensa maquina del universe y aca- so guiandola en una evoluei6n incesante cuyo t4rmino sea el Bien, aunque nunea total y absolutamente realizado. Dios es, al cabo, el simbolo de aquel bien que va realizan- dose con nosotros, contra nosotros, a pesar de nosotros, ahora, en el pasado y en el porvenir. Cuando alguna sonrisa ir6nica respond a este pensamien- to, que por cierto no es teol6gico, sino mis bien critic, yo pre- guntaria: gesta todo explicado en el mundo? iha podido la ciencia llevar eficazmente su vacilante lImpara a todos los rincones de lo desconocidot Iha rasgado ella el velo de Isist 1ha penetrado triunfalmente en todos los misteriost iAh! cuanto nos rodea o envuelve es un misterio; nada hay que no sea maravilloso, que no parezca un milagro, y en este sentido nada hay que siendo profundo misterio no sea tambi6n porti- co y divino a un tiempo. El dia que se hayan explicado todos y eada uno de los fe- n6menos; ese dia... pero jams se explicaran los fen6menos y sus leyes!... El hombre que se some al abismo del mundo y contemple lo vasto y augusto de lo infinite, tiene que reconocer que, asi lo enormemente grande como la estrella, asi lo minsseu- lo e invisible como el atomo, son fen6menos que su inteligen- cia mezquina no llega a penetrar, y mientras la inteligeneia humana no comprenda, el coraz6n human tiene que levantar su voz en armonia de aspiraciones y ereeneias. Por otra parte, y por fortune, si acaso hay algo que sea opuesto radicalmente a todo enervante pesimismo, es lo inago- table y lo seductor del misterio e6smico. Nada menos que uno de los critics mas sutiles y demoledores, RenAn, ha dicho