DISCURSO pronunciado por el doctor Leopoldo Berriel en la sesidn del 29 de enero de 1901, sobre el sufragio universal. SENORES DELEGADOS: He pedido la palabra, sefiores delegados, en contra de la totalidad de las enmiendas, propiamente adiciones a la Secei6n, a que se ha referido mi ilustrado compafiero el senior Alemin, porque entiendo que el objeto o asunto de dichas enmiendas no tiene cabida en esa Secci6n. Por esto, pues-y no para oponerme al sufragio-, levanto mi voz ante los sefores delegados. Ni lo impugno ni lo apoyo; y esto porque, como llevo dieho, no es con motive de la Secci6n discutida que debe deliberarse sobre el sufragio universal, si bien por muches proclamado como verdad, como dogma eientifi- co, tambien combatido por otros en la eiencia y en la conve- niencia. Voy simplemente a diseutir en la esfera del m4todo, para levar al animo de la Asamblea el convencimiento de que, apre- ciadas en esa esfera las consabidas enmiendas, resultan todas ellas, por inoportunas, por fuera de tramite-si cabe expre- sarse asi-, improcedentes. SDe que se trata en la Secci6n que quieren adicionar los autores de las dichas enmiendas? De que se trataba cuan- do Ilegaron ellas a la mesa de la Convenci6n? De los dere- chos llamados individuals, de esos derechos que correspon- den al hombre como hombre; siendo por esto que se les consi- dera como inherentes a la personalidad humana. Pues bien, si adicionar es sumar, y si s6lo pueden ser sumadas cosas, can- tidades homogeneas, c e6mo podrA admitirse-sin que se in- curra en grave error de m6todo-que la relaci6n de esos de- rechos individuales-contenido de la Secci6n--se adicione con el derecho de sufragio, que ni siquiera emana de la nacionali- dad, que nace exclusivamente de la ciudadaniat