LA ORATORIA EN CUBA habia eliminado de nuestro trabajo, pido que si lo que yo he di- cho no vale nada, valgan arguments de autoridades, el consen- timiento de otros pueblos, el consensus mundi. Pues qu6, ipodemoa nosotros decir que somos un pueblo ni mis libre ni mis ilustrado-y es la verdad-ni mas comba- tiente en esta material metafisica que el pueblo americano? Pues ese pueblo, al declarar su independencia, empez6 diciendo: "En el nombre de Dios Todopoderoso", y lo mismo se dijo en la Constituci6n de Suiza, y lo mismo se dijo en California y en todas las Constituciones particulares de los diversos Estados de la Uni6n Americana; y se invoc6 a Dios en las Constitueiones de todas las Republicas de la America Meridional, en el Ecua- dor, y en mi segunda patria la repiblica de Colombia, y en Ve- nezuela, y en Chile, y en el Peru, y en la Argentina, y en Bo- livia, y en el Uruguay. Podemos nosotros tener a menos men- eionar a Dios y decir que lo hemos invocado? Yo lo he invo- cado, yo he padecido aqui, seguramente, grave error; uno por- que me ha doblegado la mayoria de la Comisi6n, otro porque me ha doblegado mi torpeza; pero yo he buscado ese medio de acierto que es la invocaci6n de Dios, y aunque no fuera mas que por un sentimiento de modestia, yo pido que nos- otros conservemos esas palabras, que dicen menos, much me- nos, de lo que dice la invocaci6n semejante en las Constitu- ciones de todas las Repiblicas de la America. Pido, pues, se rechace la enmienda y se sostenga la redacci6n de la Base tal como la Comisi6n la present.