EVOLUCI6N DE LA CULTURE CUBANA no tengo por qu6 sonrojarme, sino que, por el contrario, con la frente muy alta y poniendome al lado de los grandes espiritus que son corona de la humanidad, digo: yo creo en Dios, y si no invoco su favor al ejecutar esta obra, al cooperar a su eje- cuci6n, protest que no debo invocarlo nunca. 6 QuB perjuicio, qu6 agravio se hace a los que sean ateos porque aqui se in- voque o no el nombre de Dios? PPor ventura se violentant Cuando se present el proyecto de una Base que decia: "No se molestari a nadie por sus opinions religiosas", yo me le- vant6 y dije que aqui por sus opinions religiosas no se ha- bia molestado a persona alguna y que no habia podido moles- tirsela, porque las opinions son actos interns, que estbn en el secret de la conciencia, y en la conciencia no puede pene- trar ningmn poder material; pudiera deeirse que en ella, a su entrada, esti escrito un r6tulo como el que habia en los bafios de las damas romanas: "Los hombres no entran aqui". Aquel primer extreme de la Base qued6 eliminado. Cada delegado puede career respect a la existencia de Dios lo que quiera; pero los que sean ateos no tienen el derecho de pedir que su voto prevalezca sobre el de la mayoria, que es aqui mandataria de un pueblo creyente. Yo admitiria esa reform cuando se pudiera proponer que en la punta de Maisi, como la estatua de la Libertad en Nueva York, se erigiera un elevado monument en que se dijera: "En este pais no se cree en Dios". Mientras eso no pueda ser, yo creo que nosotros somos representantes de creyentes en Dios; y que hacemos bien y pro- cedemos digna y rectamente invocando su protecci6n al ejecu- tar nuestra obra, la obra mas grande de nuestra vida. Yo, sefiores, soy un hombre para el cual todas las cosas de es- te mundo son indiferentes, y me import poco la posiei6n, la miseria, la pobreza, la censura o el aplauso; yo me voy pronto, y al irme, deseo irme sin haber sido infiel, hasta donde mi con- ciencia alcance, a la ley de mis deberes. Nosotros representamos al pueblo de la isla de Cuba, que por fortune suya no es ateo; que si lo fuera, yo, con mi biculo, pidiendo limosna, como Belisario, me iria de 61 sin volver la cara hacia atris. Pido, pues... un momento... (Revisa unos libros y continia.) Pido, pues, que si no se tienen presents estas consideracio- nes obvias, porque es dificil que aqui haya seis personas que se retirasen content con el recuerdo de que la idea de Dios se