LA ORATORIA EN CUBA por much tiempo el teatro de mis desengafios, y tambi6n el dolor engendra amorosos recuerdos; que en Espaiia apren- di a sentir la magnificencia de su culto religioso en la artis- tica majestad de sus g6ticas catedrales, las bellezas de su inspiraci6n en las inmortales creaciones de sus genios, los heroismos de sus caudillos y las grandezas de su historic en el lenguaje, s6lo ineligible para las almas levantadas, de sus antiguos y envidiados monumentos; que de su cieneia nutri mi intelecto, y de sus Academias y Ateneos recibi considera- ciones que fuera innoble olvidar con miserable ingratitud, y que, para que nada falte en este equilibrado y armonioso concerto de mis afectos patri6ticos, que me coloca en rara situaci6n de imparcialidad, corre por mis venas la altiva san- gre aragonesa, la sangre de los hijos de aquel pueblo que mis gloria di6 al nombre espafiol, precisamente por su gran sentido juridico, por su culto ferviente a la equidad, por su justiciera condici6n y su historic insuperable en hazafias, martirios y epopeyas. iDichosos nosotros los que hemos aleanzado estos alegres dias de generosas reparaciones! iQue ellas no os duelan ni molesten, porque si para Cuba significant la integraci6n de sus facultades, la conquista de su personalidad y la consa- graci6n de sus derechos, para Espafia representan la digni- ficaci6n de su obra colonizadora, la limpidez de su proverbial hidalguia, gravemente comprometida ante los ojos de las na- ciones eivilizadas; la gloria mis alta, mas augusta y mas im- perecedera de su tutela en America, y para ambas, la impon- derable armonia de un sempiterno consorcio de intimos amo- res y pr6speras ventures.