LA ORATORIA EN CUBA pre con la mascara simpitica del amor a la patria, quedarAn impunes sus desmanes y seran inculpables sus rapifias. El gobierno, atento s61o a las ventajas de la explotaci6n, concertara inquebrantable alianza con ese partido, destinado a conservar, sin oposici6n viable ni alternatives posibles, to- dos los resorts del poder; los gobernantes se entregaran a sus exigencias y caprichos, viniendo a convertirse en meros instruments de su irrefrenada voluntad, y pronto quedara establecida entire colonia y metr6poli una double corriente de espantable inmoralidad, que llevara a la primer cargamen- tos de empleados ineptos y funcionarios corrompidos, y trans- portara a la segunda enormes sumas de numerario, emigran- tes que ya no regresan y que representan el precio con que se compraron las lucrativas prebendas de la administraci6n colonial. Y para terminar este cuadro de horrorosa certidum- bre, ahogada la colonia por el yugo homicide de tal regimen de opresi6n, languidecera rApidamente porque le falta el oxi- geno purisimo de la libertad de que anhelan saturarse sus fatigados pulmones, y cegadas sus fuentes de riqueza por los escombros del edificio de las leyes econ6micas, que un irrational tanto como leonino proteccionismo derrumb6 con la piqueta de la ambici6n, arrastrara la vida de la impoten- cia y del oprobio, envuelta entire zozobras, prefiada de amar- guras, con el espanto de la ruina reflejado en sus ojos, y caminando abatida y maltreeha al desquiciamiento y a la anarquia, irremediables pero naturales consecuencias de una political sin moral y sin entrafias. Socavados de este modo los mas firmes cimientos del or- den juridico, jqu6 podra esperarse de un pueblo asi trata- do?... iAh, sefiores! No se recogen caricias donde se de- posit6 el ultraje, ni se cosechan afectos donde el despojo se sembr6, ni la gratitud naei6 jamfs del menosprecio. En cam- bio, el amor engendra amores y el reconocimiento surge del beneficio. Mirad: el cordel de efifamo que sostiene el peso de enor- mes masas, aplicado sobre el cuerpo lacera y desgarra las earnes, y si la opresi6n es muy fuerte secciona los miembros que liga. Por el contrario, el lazo finisimo de seda sujeta con firmeza, porque no dafia ni mutila el organismo. iPueblos conquistadores!: jquereis que los hijos de vues-