LA ORATORIA EN CUBA destruida asi la normalidad, queda condenada la colonial al desesperado, infructuoso, agotamiento de sus mis valiosas energies, en una incesante y violent protest. Y he aqui otra de las ventajas del regimen progresista, que no s6lo respeta la personalidad de la colonial, sino que fomentando el desenvolvimiento de todos los principios vitales que la ani- man, para que no sufra retraso el desarrollo de su capacidad juridica, encauza y aplica rectamente la acci6n tutelar, y valfa con esmerados escrfpulos, en cada fase biol6gica, el grado de capacidad potential, como base para medir la ex- tensi6n de la libertad, las condiciones del gobierno, la euan- tia del poder y la efectividad de la soberania. Cuando, hollando con vandilica plant los mfs elementa- les principios de ]a justicia, y cediendo torpemente a las co- rruptoras solicitaciones de un utilitarismo mal entendido, la metr6poli desoye las ensefianzas de la filosofia y del derecho, olvida la altisima misi6n que como a tutora le estA confiada, y presa de la mortifera ceguera del orgullo con que se pa- vonea de su condici6n de Estado dominador, establece en la colonia el gobierno desp6tico, que lo seri, no lo dudeis, eual- quiera otro que no tenga por regulador el espiritu liberal y juridico a que acabo de referirme, entonces, seflores, nega- da la personalidad de la colonia, menospreciada su naturale- za, pisoteados sus derechos, indefensa su causa, rebajada su condici6n de sociedad libre a la humillante condici6n de sociedad eselavizada, el pueblo dominador se considerarA duefio absolute de lo que por estar compuesto de hombres no puede ser objeto de propiedad ; como propietario tratari a la desgraciada co- lonia, que no mereeerA otra consideraci6n que la de *cosa patrimonial; ejercerA sin impedimentos, que no podra hacer efectivos la justicia international, privada todavia de un poder organizado coactivamente, todas las facultades del do- minio; y podrA hasta contratar su enajenaci6n y estimar su valor y recibir su precio, aun a fines de este siglo de per- feccionamiento y progress, sin sonrojo de la humanidad, que por un contrasentido inexplicable condena la esclavitud del individuo rational y consiente la servidumbre de sociedades humans. Vivira la colonial a merged y como por la mag- nanimidad del pueblo dominant. Los conquistadores que alli habiten, hinchados por fatua y pretense superioridad, se estimaran representantes del poder, mandatarios de su sobe-