LX'OLUCI1N DE IA CULTURE S CUBANA grama de los que fuimos liberals antillanos, la obra reali- zable del partido fusionista. "Hay que realizar la paz para des- pues tender a la organizaci6n de la colonia" como ha dicho a los Diputados cubanos que recientemente le visitaron. A cambio de nombramientos de guardias municipales o emplea- dos subalternos, de puestos honorificos, de ampliaciones del sufragio para elegir los recaudadores de tributes con que pagar los gastos de su soberania, que a ello equivaldri el cargo de Diputado o Consejero, reservindonos de ese modo la parte odiosa en el gobierno de los pueblos; a cambio de todo eso, es el privilegio de siempre, la desconflanza de ayer, la ley marcial de mariana, la imposibilidad de la vida, lo que, desde las columns del New York Herald os envia la magnanima Es- paiia como valioso present, como dhdiva generosa en la pr6- xima festividad de Pascuas, ya que para esa 6poca, dicese, se implantarin esas reforms. Bien puede ahora el senior Canalejas reiterar, cual lo dijo en el mes de julio por su vocero, El Heraldo contestando a los cargos que se le hicieran de reaccionario y ex-dem6crata por su consecuente enemiga a la autonomia de las colonies; bien puede ahora, entire los plicemes de los cubanos y los es- timulos de sus allegados, insistir una vez mas en que los hombres ilustres de su pais, aquellos que desde la prensa y la tribune, desde las barricades y las citedra, defendieron hasta Ilevarlos a las leyes los principios democrhticos; todos, con excepci6n de centralistas y federales, de muy contados caba- lleros, desde principios del siglo hasta estos iltimos dias de las inexplicables conversiones han sido y continfian siendo enemigos acerrimos del regimen auton6mico. Para que de ese modo, con el brillo de su talent, con el fuego de su palabra, con la influencia de sus prestigious despierte a los que afin duerman, y recuerde a los impenitentes de la Central Auto- nomista, que ha largo tiempo tiene gravada Espafia en el frontispicio de su gobierno, con respect a las colonies, aquella terrible sentencia con que el poeta florentino esculpi6 las puer- tas de su infierno :lasciate ogni speranza. No por credenciales de empleados abandonamos nuestros hogares ni hicimos past de las llamas nuestras ricas pro- piedades; no por fmplias concesiones compatibles con la es- pafiola soberania dimos viudez a las esposas, orfandad a los hijos, pobreza a las families y luto a los corazones; no por