LA ORATORIA EN CUBA mentira, lo que, con el nombre de autonomia, en realidad mendrugo de su banquet, nos ofrece Espafia como indem- nizaci6n a los quebrantos materials, como satisfacci6n a las exigencias del espiritu y como recompensa a la sangre vertida y a la perdida irreparable de nuestros compariotas inmolados. DespuBs de lo que llevan expuesto los oradores que me precedieron, de lo que publican los peri6dicos y de todo lo que vosotros sabeis, yo no puedo entrar en el anflisis de esas pro- posiciones reformistas, ni aun en la hip6tesis de que llegaran a implantarse. Ya Mr. Taylor, con la autoridad que impri- men a sus manifestaciones el elevado puesto que ocup6, su familiaridad con los politicos madrilefios, el conocimiento de lo sociedad en que vivia, la seriedad de su persona, la pureza de sus principios y la honradez de sus convicciones; ya Mr. Taylor, repito, se encarg6 de demostrarnos c6mo es impossible que Espafia cumpla sus ofertas, enmiende sus errors, des- mienta sus antecedentes, escuche las quejas de las colonies y conceda autonomia, y c6mo tambien este pueblo, sin aplaza- mientos injustificados ni censurables vacilaciones, debe, ahora y no mis tarde, cumplir los altos y sagrados deberes que el destiny le tiene impuesto en el gran continent americano. Mas si alguna duda quedara en los espiritus, si no fueran baistante a disiparla los testimonies di terceros, yo os recor- dare, aun a trueque de seros enfadoso, c6mo juzgan y apre- cian el porvenir de la Isla de Cuba los hombres que, por el azar, el turno de los partidos o las evoluciones de la political, estan llamados al Gobierno de Espafia. Todavia estan laten- tes en vuestras memories aquellas acerbas critics con que la misma opinion peninsular, en sus distintos matices y por sus 6rganos autorizador, recibi6 la confusa y deficiente obra refor- mista del senior CAnovas del Castillo en febrero del present afio; obra que juzg6 el lugarteniente Romero Robledo con la frase reticente de que "ella no arrancaria un solo insurrecto a la manigua." Y no olvidais, tampoco, porque buen cuidado tuvo su autor en prevenirlo que, estaba alli todo el pensa- miento del partido que presidia y que, con dicho decreto "Espafia completaba cuanto le tocaba hacer para apresurar el termino de los infortunios de Cuba." Aquel Decreto, lejos de restar fuerzas a nuestra rebeli6n, di6le elements con que antes no contaba. Fu6 una burla sangrienta de los contados