OCTAVIO DE LA SUAREE genteaban los sefiores de Aldrey, padre e hijo y apenas en funcio- nes, fu6 advertido (190) de que "las uiltimas noticias que Ud. nos ha remitido, se han publicado, menos la que se roza con el Papa, pues esta no conviene en el sentido en que esta escrita". Al mismo tiempo los propios editors le informan de que no debe remitir nada adverse a los EE.UU. "porque esto no gusta aqui y nos perjudicaria". Al afio siguiente (1882), Marti sigue ganandose la vida como corresponsal en la propia Babel de Hierro pero esta vez de La Nacion, de Buenos Aires, Argentina. S61o que el ascenso en categoria de peri6dico no lleva aparcjada la libertad de expresi6n. pues el director, B. Mitre y Vedia (191), en la primera esquela que le dirigi6 en relaci6n con su trabajo. le decia textualmente: -"La supresi6n de una part de su primer carta, al darla a la publicidad, ha respondido a la necesidad de conservar al diario la consecuencia de sus ideas." El referido Mitre y Vedia no se paraba en pelillos; Ilamaba mercancia a la Prensa (192) y la creia destinada, sobre todo, al mercado. ,C6mo reaccion6 el gran hombre ante la frecuente inmora- lidad de la supresi6n de noticias de que se le hacia victim por los directors esclavos de sus intereses materials? No lo sabe- mos, pues hasta nosotros no ha llegado referencia alguna sobre ello. Sin embargo, dos antecedentes de la obra periodistica mar- tiana pueden dar respuesta a la pregunta: uno, que Marti redujo, en mayo de 1884, el precio de la suscripci6n de la revista La America que dirigia, al costo material del vocero, sin reservar margen de lucro alguno; y otro, que declar6 por aquella 6poca que "escribia para diaries: ese es el pan ganar, para el que la honradez da fuerzas", respondiendo sin duda a un problema de conciencia professional al que la supresi6n de noticias no era, acaso, ajeno. (190) GONZALO DE QUESADA Y MIRANDA: Marti, periodista, edici6n de Rambla, Bouza y Compafiia, La Habana, 1929, pig. 96. (191) Obra citada, pig. 103. (192) Obra citada, pig. 105.