OCTAVIO DE LA SUAREE "En la practice, v;emos a diario que es may dificil pedirle a la noticia la exactitud; pero, al menos, la que sabemos que es falsa o entendemos inverosimil, no debemos acogerla. "En lo que respect a la moralidad o inmoralidad de una no- ticia, hay un limited sutil donde debe detenerse el periodista para evitar, sin dafio de la informaci6n, lo pornogrifico, lo nauseabundo, que aunque sea verdad, dafia al bien social. Ninglin detalle que lastime el decoro de la hoja impresa debe ser acogido. El peri6- dico debe ofrecer una garantia de que puede entrar en todos los hogares sin sonrojo ni ocultamiento, y de que puede caer en to- das las manos, hasta las inocentes. El poder de la letra impress es grande: incita a la imitaci6n hasta de las acciones buenas, atrae y deslumbra. Cuando hemos hecho, junto al patibulo, extensas in- formaciones sobre las filtimas horas de un condenado, lo que dijo, lo que pidi6, lo que quiso comer, no falta en temperamentos de baja calidad una rara envidia por el reo... No olvidemos, pues, aquella bella consigna de Eva de Queiroz, cuando nos dijo: "sobre la fuerte desnudez de la verdad, el dorado manto de la fantasia" La fantasia siempre vuela, siempre nos eleva, siempre nos aparta un poco del fango de la tierra. "En los peri6dicos que mantienen una determinada doctrine religiosa, es facil saber la noticia que debe publicarse o no. En los peri6dicos inquietos, igiles, que conceden al sensacionalismo. a la actualidad palpitante, su mayor espacio, la misi6n es mis dificil. Entonces las fronteras que no deben traspasarse dependent de la etica professional que quiera cumplirse. Siempre seri mejor, dentro de esta amplisima cuesti6n, donde pugnan, en ocasiones, tantos intereses, que la 6tica del periodista forme parte de su propia moral como individuo y como ciudadano. De nada servirian pre- ceptos que se establecieran si el genio o el caricter del periodista no sacara de ellos lo fitil, y en cada caso aplicarlo con inteligencia. Pasa lo mismo que con las reglas de la Ret6rica. Con ellas no se hace el orador o el literate, pero muchas veces nos guian y orientan y por eso persistent en los programs de enseiianza secundaria." Otro estimado periodista local, el senior Jes6s J. L6pez, pre- cursor de nuestro radiodiarismo, cree: "En primer tlrmino, que el director, come responsible principal o linico, tiene el derecho de guiar su peri6dico y quitar lo que consider pertinente si no va firmado; y si lleva firm, juzgar la trascendencia en bien piblico de la noticia. Si afecta a puntos elementalmente intocables, como la decencia o la paz, no se debe dar; si molest a persona de acci6n official pero conviene a los ciudadanos, se debe dar; si de ella depend un beneficio para alguien pero causa daiio a otra persona, ver hasta d6nde es mis justo publicarla o no. En general el periodista tiene por profesi6n dar noticias, y casi siempre el menor nimero de ellas s el que no se debe publicar. "Lo anterior no es regla que ofrezco a los periodistas, sino lo que he practicado siempre; porque se ha comprobado hasta lo infinite que cada caso require un examen con multiples aspects