OCTAVIO DE LA SUAREE "Leo tambien la prensa americana y tambi6n encuentro aprecia- ciones amistosas e inamicales hacia Francia. Es el inconvenience de una prensa libre: no se puede esperar unanimidad. "Los verdaderos periodistas de todas las nacionalidades, tienen ciertas reacciones comunes. Lo mismo ocurre con los hombres de Estado. Cuando los hombres de Estado, por ejemplo, comienzan a hablar de objetividad, es porque tienen en la mente que esta obje- tividad es favorable para ellos, entiendose para su political. "Los hombres en el Poder gustan de leer lo bien que van las cosas. Pero los periodistas tienen, en cambio, la debilidad de sub- rayar, en particular, lo que no va bien o lo que podria :ser me- jorado. En un pais libre, el deber de los periodistas es el de critical a los politicos y el del ptiblico el de no otorgar su clientele sino a los peri6dicos serious. "La experiencia de la mayor parte de los periodistas les muestra que las gentes se interesan mis por lo que va mal que por lo que va bien. He aqui porque los peri6dicos, como regla general, tienen una sendencia a conceder mis lugar y de mayor imporiancia, a las malas noticias que a las buenas... Si los franceses tienen algunas aprensiones a prop6sito de nuestra political o nosotros a prop6- sito de la suya, ipor qu6 no interrogarnos mutuamente? Supongo que esto es lo que Truman y de Gaulle han hecho. Y supongo ademis que nos pondrin al corriente en tiempo oportuno. Para terminar, desearia decir que si la queja del Presidente Truman, provoca en todas parties un esfuerzo de comprensi6n, entire las na- ciones, para llegar a relaciones mis amistosas, es menester que sea no solamente entire los que dirigen, sino tambi6n entire los hombres del Estado, lo que produciria un gran bien." Los periodistas moscovitas aplican la terapeutica social por me- dio de las malas noticias con distinto m6todo. "Los rusos -escri- bia Eddy Gilmore, corresponsal de la Prensa Asociada en Moscfi en junio 7 de 1946-, no screen que un crime sea noticia, ex- cepto en lo que concierne a la informaci6n sobre el juicio y la penalidad que se imponga, como medio de ensefiar al pueblo que el crime no beneficia." Es decir: que la ocurrencia de un hecho de esa naturaleza no se public en la prensa sovi6tica en el mo- mento de sobrevenir, sino cuando es objeto de sanci6n official. ARGUMENTS EN PRO Y EN CONTRA DE LA SUPRESION Ante ese cuadro social contradictorio, que es el mismo que, con leves variantes de matices, se present en todos los paises, hay que repetir con Royer-Collard que "el bien y el mal son insepa- rables en la Prensa" que reproduce en si los claro-obscuros de la vida misma. Sin embargo, ese convencimiento no lleva al pe- riodista, -insistimos-, a la postraci6n negligente sino que ha- ciendo de su misi6n un apostolado, no se resigna a ofrecer con