MORALLTICA DEL PERIODISMO Podria cruzarse de brazos la Prensa ante esos desequilibrios de la conciencia social, repetimos, porque, como la ostra, su ejem- plaridad tiene concha y tiene perla, dependiendo de cada lector la selecci6n. No lo hace, empero, porque asi como la perla es debida, en la mayoria de los casos, a la presencia de la larva de un para- sito, la Prensa utiliza la desviaei6n injusta de su rectorado por cierta part del procomfin para fundamental el tema de los temas de la MORALTICA DEL PERIODISMO: la administraci6n de la noticia. TERAPEUTICA SOCIAL POR MEDIO DE LAS MALAS NOTICIAS Quizi se piense que los directors o editors de peri6dicos han podido salir del paso con una formula simple: la de des- terrar de la publicidad toda "mala" noticia, considerindose como tal la factible de suscitar equivocados entendidos en cierto sector de la opinion. Esa formula es inmoral, sin embargo, primero porque hace del hombre libre que es el periodista un arbitro caprichoso de su propia obra y segundo, porque priva a la Prensa del contrast entire bien y mal en que descansa su misi6n moralizadora, defrau- dando en las dos ocasiones a la ciudadania. La existencia de esta defraudaci6n fu6 constatada certeramente por el editor del peri6dico norteamericano Paris Post en agosto de 1945 a raiz del sonado incident entire el Presidente Truman y el grupo de diaristas galos que acompafiaban al General Charles de Gaulle durante el viaje que hizo por aquella fecha a los Estados Unidos de Am6rica. Truman, como se recordari, concedi6 una audiencia a los periodistas visitantes, pero apenas los tuvo en su praesencia les manifest abruptamente su queja por el mal trato que, segin l6, una part de la Prensa de Francia daba a los EE. UU. Los franceses, sometidos a rigida discipline diplomitica, no respon- dieron, pero por ellos lo hizo su compafiero yanqui desde el Paris Post, diciendo: "Estas palabras estaban dichas en un tono de ironia, porque tanto que yo sepa, los ocho franceses a quienes se dirigia Truman, 'uentan centre los que se han mostrado mejor dispuestos hacia los Estados Unidos. Desde hace seis meses que leo atentamente la pren- sa francesa, he encontrado muchas cosas amistosas para Am6rica y otras que no lo eran tanto. Es human el retener mis lo inami- cal, pero esta enemistad, en la media en que ella existe, me pa- rece mis bien debida a suspicacias y a miedo, en cuanto a nuestra political, que a desafecci6n hacia los americanos. En realidad, pienso que es porque los franceses quisieran vernos mis semejantes a ellos por lo que algunos adoptan, a veces, una actitud orgullosamente distant.