MORALETICA DEL PERIODISMO Esti demostrado hasta la saciedad, verbigracia, que a un suicidio spectacular por medio del lanzamiento desde un puente, torre de iglesia o cuipula de elevado edificio, siguen muchos similares entire personas a quienes se identifica siempre como "habitu6s" de la lectura de peri6dicos. Una frase pseudo-romintica de cliche per- petuo en parte de nuestra Prensa para eludir al individuo que se prende fuego, la de "se lanz6 a la calle convertido en una an- torcha humana", ha hecho mis estragos entire la humanidad sen- siblera e imitativa que la peste bub6nica. Y no se hable en Cuba de la famosa "Tinta Ripida" que una legi6n de ignorantes, confun- diendo sin duda sus labios con sus zapatos apur6 con tal frenesi que hubo hasta legislator inadvertido que propusiera la supre- si6n del product o, por lo menos de su denominaci6n, para evitar su absurdo empleo por ciertas gentes, idea descabellada que, de prosperar, habria eliminado del uso comiin tijeras, cuchillos, lipi- ces, cuerdas, medicines y un mill6n de articulos mis, creados para hacer al hombre la vida comfortable y placentera pero que sirven tambiin a los extraviados para suprimirla. No hace much, sin embargo, la venta de un excelente exterminador de ratones tuvo que ser restringida segfin este telegram publicado en los peri6di- cos habaneros: "CiBDENAS, febrero 4 (Iglesias, por tel6grafo).-A instancias del compafiero Mario Faz Alvarez, director del diario local Renovaci6n y president de la Asociaci6n de la Prensa, el jefe local de Salu- bridad, doctor Francisco de P. de la Torre, ha dictado una resolu- ci6n, prohibiendo la venta libre de la sustancia conocida por pasta el6ctrica, con la que filtimamente han venido suicidindose numero- sas personas, en esta ciudad." En lo que respect a los raptos, las informaciones a base de "se fug6 en un auto emboscado en las cercanias de su domicilio", "se fui con el novio exasperada por la oposici6n de la familiar" o "se dej6 raptar para dar a su novio la supreme prueba de amor", han expuesto la imaginaci6n calenturienta de millares de joven- citas inexpertas al arbitrio del primer chofer Don Juan, convertido a su juicio en Torquemada implacable a la madre que da su sano y previsor consejo e inclinado su discernimiento a la aberraci6n de estimar que la maxima manifestaci6n de cariiio esti en el ultraje a la propia dignidad. A su vez, el descubrimiento peri6dico que hacen ciertos rota- tivos de cuadrillas o "comandos" de menores rateros que operan en cierto barrio, es lo suficiente para que a la semana haya "teams" semejantes actuando en los demis de una ciudad. Y se observa one el contagio no suele manifestarse por unidad sino por conjunto, es decir, que cuando se da cuenta por la Prensa de un chico la- dronzuelo cualquiera, aunque se publique su retrato, no tiene imitadores o son contadisimos los que logra pero cuando la pu- blicidad recae sobre un grupo de pequefios delincuentes, entonces si que se produce en igual o superior escala el fen6meno imitatorio. La psicologia de las mujeres delincuentes, por el contrario, es mis personal. Basta que la policia capture una vulgar ratera en cualquier establecimiento de lujo o de moda y que el reporter, creyendo ponerse "a tono" con el elegant scenario del hecho,