258 OCTAVIO DE LA SUAREE Ni la vida del honibre, en el claustro maternal, cuando va a nacer, corre tantos riesgos como la libertad de informaci6n en la organizaci6n periodistica. INSEPARABILIDAD DE LA ETICA Y DE LA TECNICA Para velar por estas "finesses" de la profesi6n, que atafien de manera tan several a su libertad dentro de la Prensa, es impres- cindible que el periodista disponga de s6lida y amplia preparaci6n. "Ha de saber, -dijo Marti un dia-, desc( la nube hasta el mi- crobio". La raz6n de este principio fu6 explicada no hace much (167) por el Profesor Francisco Ichaso, cuando declar6 que "la 6tica y la tecnica eran inseparables en periodismo, porque no se puede dominar lo que no se conoce". Es decir: que sin gobierno sobre la cosa, no se puede moralizar la cosa. Para ser moral en la pro- fesi6n, hay que ser a la vez versado en ella. Contienen esas lucidas palabras, como se ve, la justificaci6n cabal de las Escuelas de Periodismo (168). (167) Discurso en el acto para el develamiento de un 6leo de Manuel Mdrque. Sterling en la Escuela Piblica rinn. 33 de El Husillo, Marianao, 9 de diciembre de 1945. (168) Esta justificaci6n se ha admitido ultimamente hasta por los centros de ensefianza ordinaria que recurren a los atractivos m6todos de la escolaridad periodistica para mantener en alto la moral de los discipulos. Lease sin6 a continuaci6n lo que en 1944 hacia difundir el Wartime Infor- mation Board de Ottawa, Canada: "EL PERIODISMO Y LOS J6VENES. Ottawa, diciembre de 1944.-Ha atraido muclia atenci6n e interest la historic de. los esfuerzos de un maestro de escuela rural quien trataba de interesar a. sus alumnos en la composici6n inglesa. "Robert McGillvray es maestro de la escuela de Queensville, una aldea rural cerca de la pequefia villa de Newmarket, en el centro de la rica re- gi6n frutera y lechera de la provincia de Ontario. "McGillvray, segin l mismo dijo, encontr6 que los muichachos se abu- rrian verdaderamente durante la clase de composici6n inglesa. Se desper- taban lo suficientemente para contestar a sus preguntas o para bostezar cuando 61 se volvia la espalda. "Entonces concibi6 un proyecto. "The Newmarket Era (La Era de Newmarket), un semanario, no te- nia corresponsal en Queensville. McGillvray les sugiri6 a los j6venes que anotasen los matrimonios y los muertos que ocurrieran durante la semana y que se enterasen de lo que decial el cura en su serm6n dominical. Poco a poco aprendieron los alumnos a escribir correctamente las noticias de