MORALETICA DEL PERIODISMO encender las limparas destinadas a iluminar los senderos del pro- greso human. "Hace afios, en la costa de Cornwall, en Inglaterra, habian sido colocadas por el Gobierno ingles casas de faros, para que guardaran las embarcaciones de los marines de naufragar sobre los peligrosos arrecifes de la costa. Un grupo de malvados cambi6 esas luces, poniindolas en un lugar donde atraerian a los bajeles pr-ecisa- mente contra las rocas, con el fin de que, logrado esto, pudieran saquear los barcos satisfaciendo asi sus egoistas y avaros intereses. Si el periodismo ha de justificar su libertad, debe usat- sus f6sforos para encender limparas que, lejos de ocasionar naufragios para su propio interns egoista, iluminen el camino para que los barcos pue- dan encontrar seguro puerto. Es por eso que digo yo que el hom- bre mis itil en el obscuro mundo (nadie puede mirar a su alrede- dor sin notar que hay obscuridad por todas parties) es el q4te Ileva las cerillas, el que procura verdadera iluminaci6n y servicio pfblico constructive. En la version protestante del Antiguo Tes- tamento, en el libro del G6nesis, hay una frase que yo creo se re- fiere a la Prensa. ;.Se me permit mencionarla? Dice asi: tHigase la luz y (parafraseindola) se hizo el periodismo,." Ahora bien: si quisieramos verter ese lenguaje profano a len- guaje filos6fico, no tendriamos mis que volver los ojos a Enrique Jos6 Varona (150), quien admitia que la libertad es algo possible (I50) Como coincidencia simpAtica, es de advertir que mientras ofre- cia por primer vez este curso dd MORALETICA DEL PERIODISMO, el Autor obtuvo el Premio Periodistico "Enrique Jos6 Varona" que otorgaba enton- ces mensualmente al mejor articulo el Ministerio de Defensa. Al recibir- lo, en la ceremonia respective. pronunci6 las siguientes palabras: "Cuando aspire a este Lauro Periodistico, yo estaba ya bajo el signo de Varona. Encargado de explicar Psicologia y Moral en las citedras correspondien- tes de nuestra Escuela, hacia tan frecuente uso de las tesis del Maestro que, un dia, un compafiero de Claustro me dijo en sorna: "Viejo: no podris negar que Varona te esta dando que comer". Yo sonrei en seguida y reflexione despues, pensand6 que lo que era ya cierto en el sentido figu- rado, podia serlo tambien en el propio. Opte, ipso facto, por este Premio, con el satisfactorio resultado que sab6is. Ha tenido, asi, acabada mani- festaci6n entire Varona, el Ministerio y yo. un principio muy amado por los atenienses de la antigiicdad: el del pueblo, propaganda la mejor doc- trina -en este caso, la de Varona; el del fil6sofo, ayudando a vivir al pue- blo- en este caso, Varona a un servidor de ustedes. Pero es. tan estre- cha la vinculaci6n entire esos factors, que no s6, en este moment, sobre qui6n recae el lauro: si sobre Varona, que resucita en lo mis prActico de su filosofia positivista; si sobre el Ministerio de Defensa, que propicia esa resurrecci6n con este Premio, o sobre mi, que no soy, despues de todo, mis que un beneficiario de los dos... De todas maneras, muchas gracias, senior Ministro de Defensa, por el honor que recibo de vuestra mano; muchas gracias, sefiores del Jurado, por el provecho que me otorgiis; muchas gracias, compafieros, alumnos, amigos, por el honor de vuestra presencia."