MORALETICA DEL PERIODISMO manditarios y directors de peri6dicos actuaron conforme a sus in- tereses o a sus convicciones personales, pero sin conseguir influen- ciar la opinion. Eso no les impidi6 por otra parte vender sus dia- rios, de donde se colige que el conflict entire los propietarios o mentores y los lectores de un peri6dico puede producirse perfecta- mente sin perjudicar much ni a unos ni a otros, ya que el piblico encuentra en su diario bastantes informaciones varias para que tolere o disimule la expresi6n en el mismo de opinions contrarias a su parecer. Sin embargo, un propietario que utiliza su peri6dieo con el fin inico de difundir sus ideas personales sin consideraci6n algu- na para las exigencias de los'lectores, es tarde o temprano condenado al fracaso. El ejemplo de Francois Coty, duefio de El Figaro y del Amigo del Pueblo, en Francia, es tipico de 6sto." DIFERENOIA ENTIRE LA PERSONA FISICA Y LA ENTIDAD SPIRITUAL Por la posibilidad temeraria en que vive siempre un peri6dico de discrepar con sus lectores, con la opinion que le mantiene, es por lo que se impone el respect sistemitico a este principio: la diferencia entire la persona fisica y la entidad spiritual. En la conjugaci6n de un problema de orden social sucep- tible de interesar a las masas, en efecto, puede mezclar un ciu- dadano intereses materials y morales, es decir: su persona fisica y su entidad spiritual, poniendolas en juego sucesiva o simul- taneamente. Pues bien: un peri6dico donde impere el respeto a los prin- cipios, salvaguardari siempre la moral que el lector invierta en ocasi6n semejante, circunscribiendo. a critical y la disparidad al element fisico de circunstancias. Que una sociedad podri reconciliarse siempre con la Prensa que contrarie mAs o menos sus tendencies, pero jams con la que desconozca o maltrate la idealidad con que las revista. Durante una grave crisis municipal en Atenas, el director de un peri6dico, cegado por la pasi6n, calific6 de "aprovechados" a los contribuyentes que, coincidiendo con el cambio de administraci6n, pidieron rebaja en la escala de tributes. La multitud se volvi6 aira- da contra el peri6dico; las gentes rompian los ejemplares del diario en la calle y el Director se vi6 obligado a dimitir.