OCTAVIO DE LA SUAREE taci6n y la direcci6n del lector con las tendencies momentineas, las ocurrencias o los caprichos de 6ste. El periodista, pues, --el "buen periodista" a que se referia Marti (139), tiene que soportar a diario esta prueba de fuego para que su peri6dico no se desvie, por la peligrosa senda del halago servil, faltando a algunos de aquellos deberes esenciales. La realizaci6n de esa empresa de alta moral es much mis dificil de lo que parece, porque la realidad es que el puiblico lector es guiado, en sus relaciones con el peri6dico, por una convicci6n intima similar a la de los anunciantes: el conocimiento de su propia fuerza. "Si se me facility el peri6dico por debajo de su costo, -suele decirse el ciudadano menos avisado- por algo seri..." En este soliloquio esceptico se resume, como es 16gico, nada menos que la imprescindible importancia del que lee para un 6rgano como la Prensa, cuya vida misma se nutre de la lectura que se le proporcione (40). (139) De la capacidad y buen juicio de la sociedad caraquefia de 1881, verbigracia, ha quedado para la posteridad un pobrisimo concept a travis de la misiva que Fausto Teodoro de Andrey, director de La Opi- nidn Nacional, de Venezuela, dirigi6 a Marti, a la saz6n su corresponsal en New York diciendole lo siguiente: "... debo participarle que el pu- blico se muestra quejoso por la extension de sus iltimas revistas sobre Darwin, Emerson, etc., pues los lectores de este pais quieren noticias y anecdotas political y la menos literature possible. En esta virtud estoy relegando la "Secci6n Constante" porque murmuran de ella, diciendo qLue habla much de libros y poetas. Por otra parte, los parrafos son muy largos. Esta Secci6n, que deseo continuarla. debe ser de parrafos cor- tos". (Gonzalo de Quesada y Miranda: Marti Periodista, pigs. 96 y 97). (140) Sin embargo, ni los editors ni los directors suelen reparar en esta realidad. Los que parecen mis interesados en laborar por la lectura -escribi6 un dia el sesudo Ram6n Vasconcelos- son los que mas con- tribuyen, consciente o inconscientemente, a su quiebra: los diaries. Y afia- dia: "Se ha liecho la prensa para, ser leida, y lo menos que hace es esti- mular la lectura, convencida acaso de que es initil ir contra los estados de opinion colectiva. Leer fatiga. Exige interpretaci6n, esfuerzo men- tal, grande o pequefio, y el public quiere enterarse en forma lo m.s ob- jetiva possible, por imAgenes, y si cabe, por audiciones que pongan en juego un solo sentido, el mas rudimentario. Y cuando el grabado no lo diga todo, dirA el resto el cintillo que concrete la actualidad, el sumario que resefia al vuelo los detalles de la informaci6n, los pies de grabado que son una sintesis reducida, al minimo de palabras, para demostrar que se esta alerta del iltimo acontecimiento, sin entrar por el moment en explicacio- nes ni en comentarios. "Se entrevistan los Cinco Grandes", "Se baten tro-