OCTAVIO DE LA SUAREE largo tiempo fu6 denegado. Al ejercerlo incurren en honda respon- sabilidad, pues ese privilegid lo mismo puede ser daiiino que bene- ficioso. "En los paises que han permanecido libres durante la guerra la responsabilidad es andloga, pero hay menor excusa para el error, pues no se han encontrado expuestos a la confusion y apasiona- mientos de una repentina liberaci6n. Mas conforme se vaya acer- cando el final de la guerra, es probable que tambi6n ellos. se vayan librando de esa tension, y se sientan inclinados a desechar la cohibici6n que a si mismos se impusieron por patriotism, a tratar mis severamente a sus propios Gobiernos y a interpreter con mayor arritud las acciones y motives de los Aliados. Se encuentran en dis- posici6n de poder instilar gotas de bilsamo o gotas de veneno en la mixture de las relaciones mundiales. Ahora mds que nunca ta Prensa libre tendrd ocasi6n de probar, si estd preparada para la de- mocracia o si no lo estd. "Pero, cuando hablamos de la dibertad de la Prensa>, da qud libertad nos referimos? La respuesta es important, pues suele de- cirse que cuando un Gobierno dejal libre a la Prensa, el poder es ejercido por un cuerpo igualmente arbitrario: los magnates de los peri6dicos, duefios del mecanismo de la Prensa. "Debemos apresurarnos a declarar que en la Inglaterra actual no seria possible para el nuis inteligente periodista empezar a publicar un diario con un pequefio capital. Sin un capital important no se puede publicar ni siquiera un semanario o una revista mensual, y para lanzar un diario national es'preciso ser millonario. Aunque existen diaries como The Times de Londres y el Manchester Guar- dian en provincias que son herederos de una antigua tradici6n, los diaries populares que gozan de mayor circulaci6n y son leidos por una mayoria de la naci6n, estdn en su mayor part bajo el control de algunos ricos propietarios, quienes te6ricamente sea por motives de lucro o de ambici6n, pueden hacer lo que quieran: con sus pe- riddicos. "Pero hay que observer que estos hombres son ante todo duefios de peri6dicos, y que, s61o con una excepci6n, no mantienen con- tacto, director con el Gobierno (un contact que en este caso ha sido temporal durante la guerra). Y, tambien con una sola excep- ci6n -la del Daily Herald, en el cnal el partido laborista tiene an interns limitado- ninguno de los grades diaries esti controlado por partidos politicos, annque pueden decidirse a ayudar a uno de ellos. Tampoco pueden ser considerados los propietarios como una corporaci6n unida en un sentido que no sea el de estar todos interesados en custodiar los privilegios de la Prensa, pues todos ellos son rivals que luchan entire si asperamente. "Poseen un gran poder, y hasta algunos piensan que un poder excesivo, pero que esti condicionado enteramente por la necesidad de dar satisfacci6n a sus lectores, cada uno de los cuales tiene libertad para trasladar sus simpatias a otro peri6dico. Sus lectores son su ultimo tribunal de apelaci6n, y el constant esfuerzo de los diaries consiste en mantener su influencia en su pfiblico por el modo de presentarle los hechos y de escoger sus temas y comen- tarios. En el pasado, la queja mis frecuente arrojada contra ellos