OCTAVIO DE LA SUAREE Dificilmente. Pueden hablar por tel6fono, por carta, por medio de sus embajadores. Lo hacen mis o menos todos los dias del afio, y nadie insisted en que se publique una iinformaci6n continue de lo que dicen. Entonces, jpor qu6 actuamoa como si alglin nuevo principio vital se pusiera en peligro si, habi6ndose comunicado a distancia, ellos encuentran expediente el comunicarse frente a frente? "Puedo comprender que en teoria alguien pueda pedir, aunque seria tonto el hacerlo, una publicidad amplia y rapida de todas las comunicaciones entire nuestro gobierno y cualquier otro gobierno, ya sea por carta, cable, por medio de enviados, o cara a cara. Pero no puedo ver por qu6 cuando Bevin, Molotov y Byrnes estin conversando en el mismo sal6n pidamos una elase de publicidad que no exigimos cuando estin hablando a distancia." La revelaci6n piiblica por medio de una hoja impresa de las sospechas que las autoridades tengan sobre cierto individuo, de- lincuente cierto o probable, podria provocar su fuga e impedir la averiguaci6n del delito que les es ocasionalmente imputable. El descubrimiento ante los lectores de la zona abandonada que el Go- bierno se propone urbanizar, pudiera dar origen a una especu- laci6n de altos vuelos y comprometer el mismo regimen y hasta la solidez del Estado, como ocurri6 con el Plan del Bar6n Haus- mann para el embellecimiento de Paris durante el gobierno de Napole6n III. Finalmente, quien no recuerda que la divulgaci6n de la debilidad de un Premier por cierta aventurera, ofreci6 a los tradicionales enemigos de Francia -los alemanes- el instrument que necesitaban para herir al pais socavando desde la intimidad de la alcoba la moral del jefe de su gobierno en visperas y des- pues de declarada la segunda guerra mundial? Consignemos asimismo, en este cuadro de posibilidades, las derivaciones nocivas a sufrir en el espiritu de algunos editors por el concept del tutelaje que el Estado debe a la circulaci6n y difusi6n de peri6dicos cuando se quiere extender esa ventaja hacia otras formas de protecci6n cual subvenciones ilicitas, su- bastas, etc., para comprender como y cuAnto previendo los me- dios ilegales a que es factible recurrir por medio de la Prensa para obtener tales fines, ha sido necesaria la implantaci6n y vi- gencia de las llamadas leyes de libelo.