OCTAVIO DE LA SUAREE actualidad, el puiblico, hasta los propios peri6dicos, hasta deter- minados periodistas. Por eso la imagen usada por Marti es de una fuerza simb6lico-descriptiva inmensa para el periodismo, por- que la etica de este debe tender fundamentalmente a impedir que bajo la sombra conventional del entendido constitutional de la libertad de Prensa, se duerinan perezosos los periodistas, dando por permanent v sl6ido un bien que es en realidad tan transitorio Sd(lebil. Los cuatro temas capitals de la 1Moraltica del Pcriodismno que condenan a eterna vigilia al periodista son: Fuera del Peri6dico: a) La libertad de Prensa y el Estado. b) La libertad de Prensa y la Sociedad. Dentro del Peri6dico: a) La libertad en la Prensa y el Periodista. b) La administraci6n 6tica de la noticia. Vamos a estudiar esos temas separadamente. y somietiendonos al dilema de S6crates -"aprender la verdad de los otros hombres o aprenderla por si mismo"- pero con 4inimo integral, tanto para refutar errors como para indagar aciertos, a fin de concluir normas. "Dentro del mecanismo complicado del gobierno libre -decia Alfredo L. Palacios- la Frensa tiene un papel principal; por eso consider que es contrario al espiritu de una democracia discutir si la prensa debe ser libre. Si no lo fuera, careceria en absolute de aplicaci6n el principio de la responsabilidad de los agents pil- blicos ante el pueblo, lo que constitute la base, del sistema repre- sentativo. La Prensa refleja las opinions de todas las classes so- ciales, tan completamente como los diputados del pueblo. La dife. rencia estriba en que la Prensa tiene poder para influir, no para compeler, con la ventaja de que esti eo constant actividad frente al espiritu pfiblico y no le habla s6lo peri6dicamente como el cuerpo legislative."